Entre bosques y prados, integrado por espléndidos caseríos y con excelentes restaurantes para darse un homenaje, la aldea de Bernagoitia (Amorebieta) es el mejor acceso para conocer la vertiente norte del mácizo de Legarmendi. Y si hay una cumbre que domina ese sector de este laberinto kárstico, esa es Gantzorrotz, cuyo perfil cónico destaca en el murallón calizo desde la cuenca del Ibaizabal. Una excursión sencilla -el karst sólo se pisa en el tramo final- que merece la pena prolongar por el cresterío hasta los cercanos Bernagoitiaburu y Betzuenburu, cumbres sin más historia que la entretenida aproximación entre lapiaces, hoyas y roquedos.Partimos de Bernagoitia (frontón, iglesia de San Miguel, Casa-fuerte, Torre de Berna...) por un camino que nace junto a la fuente, a la entrada del barrio. Según indican los carteles, transitamos por el GR-229 (Mikeldi). Llaneamos por la pista mientras dejamos atrás los últimos caseríos y entramos en un pinar, donde cruzamos un paso canadiense (0h.10').La pista no tarda en salir a terreno abierto. Discurre a los pies del macizo, aunque más adelante vuelve a internarse en otro pinar (0h.45'), donde encontramos una bifurcación. El vial de la derecha llega hasta la majada de Belatxikieta, mientras que el de la izquierda remonta hacia el macizo, así que es el que seguimos. Casi al final de la pista alcanzamos una pequeña explanada entre los pinos (1h.10').Allí continuamos hacia la derecha (SW) por un sendero que lleva hasta el mismo roquedo, en las proximidades del collado Pagatzueta. Al pie del lapiaz, el camino tuerce hacia la derecha y se adentra en el macizo. Sin embargo, nosotros giramos a la izquierda y nos aupamos a la arista. Desde el primer promontorio divisamos ya la cumbre del Gantzorrotz, que se alcanza tras crestear sin perderla de vista (1h.45').

Ante el mendizale se extiende el caos de Legarmendi, desde el Mugarra al Pagobakar, aunque más cerca, hacia el sureste, se extiende la cresta del Gantzorrotz hasta Betzuenburu, una interesante opción para palpar de cerca la caliza del macizo. Así que hacia allá vamos. Avanzamos por la cresta, que en algún momento abandonamos en busca de terreno más cómodo, hasta llegar a la altura de un evidente pasillo herboso, cerca de las ruinas de una chabola, que se aleja de la divisoria (izq.) y se aproxima a la cima del Bernagoitiaburu (2h.15'), cuyo buzón alcanzamos sin problemas.Frente a ella, hacia el sur, la peña de Betzuenburu se muestra evidente, escoltada por un pequeño hayedo. Roquedo a través, buscando el itinerario más cómodo y necesitando alguna pequeña trepada en los metros finales, llegamos a su buzón (2h.25'). Para el retorno no queda más remedio que desandar el camino por la cresta hasta el Gantzorrotz, para salir del karst y volver a Bernagoitia por la ruta de ascensión (4h.15').