El Castro Valnera es una montaña bella, formidable con sus 1.718 metros. Es la más elevada del sector oriental de la cordillera cantábrica. Hay que desplazarse a las estribaciones navarras de los Pirineos para encontrar una cima más alta. Descomunal por todas sus vertientes, ofrece su flanco más asequible por el valle glaciar de El Bernacho, en la Merindad de Espinosa de los Monteros. La cumbre es un mirador excepcional sobre los valles pasiegos de Cantabria empequeñecidos mil metros más abajo.
La pista que viene del km 3 de la carretera BU-572 al puerto de Lunada gana altura, supera una fuente y alcanza un rellano. Desde allí tenemos la primera visión de los "gigantes" Cubada Grande (izd.) y Castro Valnera (dch.). Luego atraviesa el maravilloso y siempre verde valle del Bernacho y termina de manera abrupta al pie de la pared. Durante el trayecto, por esta cubeta glaciar perfecta hemos visto numerosas cabañas pasiegas, separadas por muros de piedra y arbustos. La mayoría deshabitadas y muchas hundidas.
Allí comienza la subida al collado del Castro Valnera. Hasta hace unos años había un panel indicador. Una marcada senda (izd.) se introduce en el hayedo. Hay algún hito, pero no es necesario. La ruta es evidente. Cruza el arbolado y un arroyo poco caudaloso y desemboca en la ladera SO de La Canal. Está tapizada de brezo, argoma, erizón y algunos abedules enanos.
Al comienzo sube por terreno despejado, pero muy pendiente. El matorral se cierra y el sendero se estrecha. Vadea un arroyo y tras superar una "panza" cede en dureza. Un corto esfuerzo y alcanzamos el amplio collado de La Canal (1h.00"). Es un paraje salvaje y desarbolado, salpicado de turberas y charcas donde es posible sorprender a los rebecos colonizadores. Está enmarcado por la Cubada, la Peña Negra y la ladera del Castro, invisible desde nuestra posición. Hay un panel indicador.
Vamos hacia el Castro Valnera. Para ello nos dirigimos hacia la pared (dch.) para localizar una senda que sube por la ladera. Está dominada por unos cortados aparentemente infranqueables. No es así. El camino se pega a la pared hasta un recodo donde cambia de dirección. Nos encajonamos para superar el paso y desembocar en los brezales superiores. Hasta allí trepan las cabras e incluso las vacas.
La senda bien marcada gana altura (NE) en amplias zetas. Supera una grieta cubierta por un nevero en primavera y pasa junto a un manantial. Luego tira hacia arriba. Asoman amplias losas calizas por las que caen arroyos. Seguimos los hitos. La cima del Castro se divisa aún muy arriba.
HITOS
Castro Valnera: 1718 m. (UTM:30T 444898.84 E, 4777128.44 N)
Cómo llegar: N-629 El Crucero de Montija. BU-542 Espinosa de los Monteros. BU-571 Las Machorras y BU-572 a Lunada
Cartografía: MTN 84-II (Bárcenas), 1:25.000, del IGN.
El promontorio cimero emerge sobre brezos y argomas. Lo superamos por la derecha tras subir unos escalones que, por la derecha, se asoman al abismo. Superado este tramo (corto) pisamos la cima del Castro Valnera (2h.00").
En el centro están los restos de un vértice geodésico y un buzón. Las vistas son impresionantes. Asomados al precipicio de la cara norte dominamos la tierra pasiega y al fondo el mar. Detrás de la Cubada Grande asoman Campoo, Peña Sagra y Picos de Europa. Hacia el Este, los montes vizcaínos, Las Merindades y, en jornadas despejadas, los Pirineos.
Variamos la ruta para volver al Bernacho. Seguimos el sendero que discurre por la línea de la cumbre (NE). Trepa hasta una altura que algunos llaman Cima Blanca y se asoma a una caída vertiginosa hacia el valle del Miera. Tramo no apto para personas con vértigo que se encara al vecino Pico de la Miel.
Descendemos con atención por el sendero que sigue la arista. Bien trazado, permite destrepar los tramos más pendientes. Luego se vuelve cómodo y alcanza el collado de la Pirulera (2h.45"). La cabecera del valle del Bernacho está 500 metros más abajo. Perdemos altura por monte tapizado de argoma chamuscada hasta quedar sobre el hayedo. Allí buscamos una senda de ganado (dch.) que se ciñe los cortados del Castro Valnera. Trayecto penoso que nos permitirá superar la maleza salpicada de abedules que dificulta la marcha.Termina en las cabañas más altas de El Bernacho ahora arruinadas, y nos devuelve al punto de partida (3h.30").