Se deja el coche en la amplia explanada existente en el puerto de Lizarraga, al que se asciende desde Etxarri-Aranatz. Tras atravesar la boca sur del túnel, se accede al puerto y se aparca con la precaución de no dejar nada visible ni objetos de valor en el interior del vehículo, pues son frecuentes los robos, tal como sucede en el aparcamiento de los Sondeos de Urkilla para ascender el monte Aizkorri o en tantos sitios habitualmente frecuentados por cacos que saben que los montañeros están en el itinerario y, por lo tanto, se ven libres para actuar.

Una ancha pista recorre la sierra en dirección oeste. Por ella caminamos casi sin salvar desnivel. Parece una parcelaria contrastando por su monotonía con los verdes prados y los hayedos que se atraviesan en una zona con predominio del terreno cárstico. Tras avanzar sin prisas se llega a una encrucijada (0h.45") en la que se descubre la calzada de Urbasa, que unía la población de Bakaiku y Venta Zunbeltz, en dirección a Estella. Contemplamos los sólidos muros en los que se sustenta la calzada, muy bella en algunos puntos, sobre todo en el descenso a Zunbeltz, y proseguimos por la pista, siempre hacia el oeste. Tras una pronunciada curva que pronto inicia un rápido descenso, se deja una pista que se interna hacia la derecha, en el hayedo, y conduce a la ermita de San Adrián, que podemos visitar al regresar de la cumbre de Baiza.

Más adelante, adivinamos en una zona despejada de arbolado el puerto de Etxarri (1h.), al que también llega un camino bellísimo que parte del pueblo de Bakaiku. Junto a la verja allí situada se aprecia el paso de acceso a dicho sendero. En las cercanías existe un dolmen funerario de la Edad del Bronce. Nos desviamos a la derecha, abandonando la pista y tomando el cresterío herboso siempre al filo de los cortados que caen a la vertiente norte. Llegaremos así a la cota de Iruelorrieta, en donde apreciaremos un gran tronco anclado en la tierra, es el resto del "Mayo", un alto tronco de haya, pelado, que se coloca desde tiempos ancestrales a primeros del mes de mayo para proteger la cosecha de cereal.

Con la referencia de la alambrada y tras un breve repecho se alcanza la cumbre, coronada por un buzón (1h.40"). Los rasos de Urbasa, los extensos hayedos, la sierra de Altzania al norte, el macizo de Aralar, San Donato y el valle de la Burunda configuran algunas de las sorpresas de una panorámica cuya descripción ocuparía todo este artículo.

Tras disfrutar del almuerzo, se emprende el regreso por la misma ruta hasta el puerto de Etxarri, pero si se tiene tiempo se puede proseguir hacia el oeste para visitar los curiosos ojos naturales de las rocas de Hiruhaitzeta, colgadas junto al barranco norte. Es difícil pero posible descender a ellas. Hay que dar con el buen camino y usar la orientación para no despistarse. De regreso al puerto de Etxarri desde Baiza, se toma nuevamente la pista al puerto de Lizarraga y, al llegar al cruce de la ermita de San Adrián, se descubre una indicación pintada en el suelo. En cinco minutos accederemos a la ermita (2h.25") desde donde la panorámica es excepcional. Para regresar a la pista nos dirigimos hasta una visible mesa de piedra con una gran losa y bordeando el roquedo se accede de nuevo a la pista para llegar tras una buena caminata al puerto de Lizarraga (3h.15").