Entzia es una de las sierras que cierran la Llanada alavesa por el sur. Se extiende entre los puertos de Opakua y Urbasa, con el de Andoin como punto intermedio e inmejorable escapatoria si no queremos realizar la integral. Recorrerla es un entretenido paseo sin grandes desniveles que discurre entre hayedos y pastizales, aunque el lapiaz del Baio y el Mirutegi exigirá no perder la atención. Iniciamos la caminata en el pequeño aparcamiento que hay en el mismo alto de Opakua, frente a la antigua carretera que lo unía con el puerto de Urbasa y por la que más tarde regresaremos. Desandamos unos metros la carretera en dirección al valle hasta la primera curva, donde la primera de las balizas del GR-282 (Senda del Pastoreo) que nos guiarán durante toda la ruta nos desvía (dch.) a un senderito por el que llegamos enseguida al mirador de La Llanada alavesa. Si aún es pronto y hemos tenido un poco de suerte, disfrutaremos de uno de los espectaculares mares de nubes tan habituales en estas fechas.
HITOS
Baio: 1197 m. (UTM:30T 1047050.08 E, 4765116.40 N) Puntuable para los Cien Montes.
Mirutegi: 1167 m. (UTM:30T 556543.00 E, 4743941.00 N)
Munain: 1045 m. (UTM:30T E, N)
Cómo llegar: Desde Vitoria, A-1 hasta la salida de Agurain/Opakua y A-2128 hasta el puerto de Opakua.
Cartografía: MTN 139-II (Eulate), 113-IV (Olazti), 1:25.000, del IGN.
La senda continúa sinuosa por el bosque paralela a la línea de cantiles, aunque los árboles impiden cualquier visión panorámica en este tramo. El paseo, no obstante, es sumamente agradable sobre una alfombra de hierba y hojarasca. A los 15 minutos de marcha, tras bordear los rasos de Zezama, un vértice geodésico al borde del precipicio llama nuestra atención (0h.25). Aunque no está acompañado de buzón alguno, es la conocida como Punta del Puerto de Munain, una modesta cota que recibe el nombre de uno de los accesos a la altiplanicie y que se nos ha pasado desapercibida unos metros antes.Continuamos la cómoda progresión por el cordal, ahora en un terreno dominado por las hayas. El sendero es evidente, aunque si tenemos alguna duda, las marcas rojiblancas del GR-282 nos la despejan. El siguiente objetivo es Peña Roja, otra modesta cota que señala el punto culminante de un saliente de la sierra. Hay que tener cuidado de no pasar de largo del buzón, en medio del hayedo y algo alejado de los cortados.Retomamos la marcha por la senda, que se vuelve a pegar al precipicio y remonta hasta otra cota, señalada con un simple hito. Es el Txumarregi (1.098 m.), punto culminante de este sector de Entzia (0h.50). Descendemos ahora hasta el puerto de Bikuña. Cruzamos el portón que lo señala y seguimos el camino (dch.) que llanea unos metros antes de comenzar a ganar altura. Nos dirigimos ya al Baio, nuestro objetivo principal y cima coppi de Entzia, que corona una gran saliente de la sierra que comprime la Llanada a la altura de Araia.Más adelante, el sendero serpentea para hacer más fácil el desnivel que nos aúpa a la cresta cimera. Primero por hierba y luego sobre piedra, alcanzamos el buzón del Baio (1h.30). Ofrece excelentes vistas al valle, pero no tan buenas como las de su vecino Mirutegi, como demuestra la cruz que la preside. Para alcanzarla no hay más que recorrer por el lapiaz los apenas 400 metros que les separan.Continuamos nuestro recorrido por el cordal, aunque ahora nos separamos del cantil para descender al fondo de la vaguada (E), donde una surgencia permite rellenar la cantimplora. Desde la fuente remontamos de nuevo (balizas del GR) hasta el cordal para coronar la herbosa loma del Surbe (2h.00), última cota destacada de la sierra antes de descender al puerto de Andoin (2h.40).Desde este collado, una de las puertas de entrada a Entzia, retornaremos a Opakua por la pista que se dirige al sur y enlaza con la antigua carretera que unía los alto de Opakua y Urbasa. Antes podemos disfrutar de los numerosos restos megalíticos que pueblan los rasos de Legaire, el gran pastizal que se extiende al oeste del puerto de Andoin y que tiene como principal elemento el cromlech de Mendiluze. De vuelta a la pista, un largo paseo de ocho kilómetros entre hayedos y pastos nos devuelve a Opakua (4h.45).