El laberinto de dolinas y grietas que se eleva entre Liérganes y La Cavada, está erizado de agresivos picones y es un terreno ideal para buscar la aventura
La Peñas de Rucandio forman un espectacular laberinto kárstico que se extiende sobre Liérganes y La Cavada, entre las cuencas de los ríos Miera y Revilla. Son un conjunto de picos calizos, desforestados y de orografía hostil que no superan los 500 metros de altitud, entre los que destacan las conocidas y visitadas Tetas de Liérganes: Miramón y Cotillamón; el amenazador Pico Levante y Peña Coba, la cima más alta, solitaria y menos visitada del grupo.
Comenzamos a caminar en el barrio La Lombana (105 m.), en La Cavada, accesible a pie desde la estación de Feve (0h.20"). Antes hemos pasado junto al Museo de artillería, donde se exponen algunos cañones de la antigua fábrica de artillería, y la sobria iglesia de San Juan. Está sombreada por una enorme encina tricentenaria.
La carretera continúa hacia el barrio de El Coladillo, donde termina. Convertida en pista asfaltada, baja hasta el amplio llano -en realidad una dolina colmatada- llamado Mies de la Llama. Está dominado por las Peñas de Rucandio. Hacia ellas nos encaminamos. La pista atraviesa el llano (marcas de PR) hasta alcanzar los primeros contrafuertes de las Peñas y sube hasta un cruce (0h.40"), donde termina el asfalto. Una marca nos indica que Socastillo está a nuestra derecha.
Continuamos (izquierda) por la pista, que cruza una zona de hoyas cubierta por un denso bosque de eucaliptos. En un nuevo cruce (0h.50"), continuamos por la derecha siempre en dirección a las alturas. Tras superar un fuerte repecho y un falso llano, alcanzamos un collado (1h.10"/285 m.). En frente se ven las cimas de Las Esguinzas. Nuestro objetivo está a la derecha, oculto por las primeras estribaciones de las Peñas.
Para alcanzarlo superamos una barrera y por un camino poco frecuentado salvo en época de siega, sombreado por avellanos y fresnos, llegamos a una cabaña cerrada y en uso (1h.15"). Allí debemos buscar un sendero apenas visible, que no abandonaremos hasta el pie de Peña Coba. En algunos tramos ayudan unas marcas de pintura verde que se encaminan en nuestra dirección.
HITOS
Coba, Peña: 463 m. (UTM:30T E, N)
Cómo llegar: 86 km. A-8, Bilbao-Santander, salida 194, CA-426, Hoz de Anero. N-634 y CA-651, La Cavada.
Cartografía: MTN 35-III (Astillero) y 59-I (Sarón) del IGN, 1:25.000. IGN Selaya (19-5), 1:50.000.
El caminejo serpentea entre la hierba, el brezo y la argoma, supera una tapia de piedra y una alambrada y lleva a un collado (1h.20"/305 m.), desde donde se tiene un panorama completo de Peña Coba (derecha, al fondo).
A nuestro pies se abre una amplia dolina, herbosa y desarbolada, donde pastan caballos, ovejas y cabras semisalvajes. Seguimos el sendero, que se pega a la ladera izquierda de la hoya. Gana metros con suavidad hasta el collado de separación entre Pico Levante (izquierda), un picón calizo de aspecto amenazador, de Peña Coba, sobre nosotros (2h.00"/400 m.). Ya sólo nos queda trepar por un sendero apenas insinuado (buenos agarres en caliza, PD), que remonta la pared y nos deja en la garma cimera.
Una vez arriba sorteamos las grietas y alcanzamos la cima (2h.15"/468 m.). Está indicada por una pila de piedras. Las vistas son excelentes y abarcan los karst de Rucandio y La Pelada, Peña Cabarga y el mar. De vuelta al collado tenemos dos opciones. La más larga, es seguir el sendero bien pisado y señalizado que continúa hacia las Tetas y bajar a Liérganes. La más sencilla es volver a La Cavada por el camino de subida (3h.30").