Este sendero, que debe su nombre a que, según la tradición, por él transitaron reyes y nobles en la edad medía, pone en valor los diferentes usos del suelo y aprovechamiento a los que se ha visto sometida la tierra a lo largo de la historia. Como en un mosaico, se recorren plantaciones forestales de pino y eucalipto, tierras de labor, campas para pasto del ganado, etc.
Merece la pena fijarse en los caseríos que veremos en la ruta, desde construcciones típicas del siglo XVII y principios del XVIII, como Longa, Zeleta y Bidarte, caseríos con esqueleto de madera y es-tructura de soportes en base a gruesos postes de roble o castaño, a caseríos de los siglos XVIII y XIX, donde la madera como elemento sustentante deja paso a la piedra, incorporándose además el arco de la fachada, con ejemplos como los caseríos Natxitupe Bekoa y Galdiz Etxebarri.
El paseo comienza en la misma plaza de Natxitua. En dirección a Ea se sigue un camino junto al caserío Aldai, que discurre paralelo a la carretera. Se trata del antiguo camino real, anterior a la construcción de la actual carretera. Algunos tramos de este camino real se hallan pavimentados y otros estaban impracticables por desuso y han sido recuperados para este sendero.
Obviando desvíos a izquierda y derecha, pasamos junto a los caseríos Longa, Urizar, Kale, Atxondo y Bidarte, entre otros. En la encrucijada de Zeleta, antes de comenzar a descender, se abandona el camino real y se toma (izd.) el camino que baja a la fuente y lavadero de Itturriña, donde merece la pena detenerse y probar su agua ferruginosa. Desde este manantial llevaban el agua a Natxitua para atender las necesidades de las fiestas patronales.
Puntos de interés: Natxitua, Fuente y Lavadero de Iturriña, Playa de Lapatza.
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