Cuando a una sierra la tradición popular le añade el apelativo de 'brava' es por algo. Es lo que le sucede a Badaia, o 'Sierra Brava de Badaia', estribación meridional de Gorbeia que se eleva entre los valles de Zuia, Koartango y La Llanada. Su perfil amesetado en torno a los novecientos metros de altitud y las pistas y caminos que la surcan invitan a la exploración, más desde la construcción de la estación eólica y sus carreteras de acceso, en 2005. Pero conviene no confiarse. Se trata de un macizo kárstico y, como tal, está poblado de simas, cuevas, pozos. lapiaces y dolinas, cubiertos además en buena parte por un bosque mediterráneo de encinas y madroños.
En 2004, el Grupo de Espeleología de Álava realizó un inventario de cavidades de este gran sinclinal con el resultado de 180 oquedades. Las más importantes son los sistemas de Santa Marina y Los Goros, que suman más de 5 kilómetros de galerías, y la sima de Santa Ageda, con 2.700 metros de desarrollo. Esta será la excusa para visitar de nuevo Badaia. Recorreremos buena parte de la sierra desde Hueto Arriba en busca de su principal cota y por el camino descubriremos algunas de esas cuevas, simas y pozas.
HITOS
Oteros: 1036 m. (UTM:30T 511387.22 E, 4743735.83 N) Puntuable para los Cien Montes.
Lorritxo: 1024 m. (UTM:30T 512032.00 E, 4744692.00 N)
Cómo llegar: A-1 (dirección Madrid), hasta la salida a Estarrona (A-3302) y Hueto Arriba (A-4310)
Cartografía: MTN 112-III (Trespuentes), 1:25.000, del IGN.
Horario: 5h.15' (2h.30' al Lorritxo y 3h.00' al Oteros).
Distancia: 21.7 km.
Desnivel positivo: 725 m.
Severidad del medio: 2
Dificultad orientación: 2
Dificultad del terreno: 2
Esfuerzo necesario: 4
Tipo recorrido: Circular
La excursión comienza en Hueto Arriba, hoy en día principal núcleo de este pueblo anexionado a Vitoria en 1975. Desde la iglesia, buscamos hacia el oeste la marcas del GR-25 (Vuelta a La Llanada). Salimos del caserío siguiéndolas por una pista que se adentra en el barranco de Los Goros. No tardamos en llegar a la bifurcación en la que el GR sigue a la izquierda (por donde volveremos). Ahora seguimos la pista que sube hacia el altiplano. A medio camino (0h.40') unos hitos a la izquierda nos indican el desvío a la cercana cueva de Los Goros y sus múltiples bocas. Si acudimos en época de lluvias y el acuifero de Badaia está lleno disfrutaremos de un bonito espectáculo en forma de cascadas que manan de la cavidad.
De vuelta a la pista ascendemos hasta la meseta, donde nos recibe la ermita de Santa Marina (1h.15'). Iniciamos aquí una larga travesía que nos llevará al punto culminante de la sierra. Rodeamos el templo y tomamos un amplio camino que nace tras él, a una veintena de metros, y se dirige al oeste. Pasa junto a un primer pozo y llega luego al de Flaquiturri, en un amplio cruce de caminos. Seguimos de frente (SO) por un camino que gira al sur y enfila hacia el parque eólico, cuyas hélices acaban por asomar en el horizonte.Cerca ya de los aerogeneradores, el camino se difumina, aunque cuando parece que lo hemos perdido desemboca en una evidente rodada que enfila hacia un cercano aerogenerador que tenemos enfrente. Nuestro objetivo, sin embargo, es otro que hay en un promontorio más elevado (izd.), para lo cual abandonamos las rodadas cuando apenas hemos andado 200 metros por ellas. Ya en el generador (2h.30'), tomamos su pista de servicio hasta desembocar en la principal. Seguimos por ella (izd.) doscientos metros, pero la abandonamos para dirigirnos (izd.) a un cercano generador. A sus pies se encuentra el buzón de Lorritxo, la segunda altitud del macizo (2h.45').
Por su pista de acceso volvemos a la principal, que seguimos (S) camino del Oteros tras tomar el primer desvío (dch.). Trescientos metros antes de alcanzar su vértice, una alambrada protege la sima Liñazabal. En la alomada cumbre (3h.00') de la principal cota de Badaia, un aerogenerador ocupa el lugar que antaño tuvo una construcción bastante más noble: un castillo. Retornamos ya a Hueto, aunque lo haremos dando un pequeño rodeo para conocer otra cueva: Torcaladrón, nombre que invita a dejar volar la imaginación. Campo a través y buscando el terreno más cómodo, nos dirigimos al este, atravesamos una pista y, girando ligeramente a la izquierda, acabamos por descubrir otra alambrada, que protege la entrada de la cueva, visitable en sus primeros metros con las lógicas precauciones.
Volvemos a la pista y seguimos por ella hacia el norte (dch.) hasta que termina bajo un generador. Hacia la izquierda desciende un sendero algo difuso que luego se convierte en camino y lleva a un cruce de pistas con poza (3h.30'). Seguimos (izd.) hacia el norte, aunque cuatrocientos metros más allá, en un claro, dejamos la pista para tomar un camino (dch.) que, siempre hacia el norte, acaba por desembocar en otra pista mayor, que a su vez nos lleva (izd.) a otra por la que descendemos al valle. Tras una zona de prados afrontamos el último repecho antes de enfilar hacia Hueto de Arriba. Por el camino confluiremos con el GR-25, que seguiremos (izd.) hasta el pueblo (5h.15').