La sierra de Aloña es la prolongación del macizo de Aizkorri hacia el NE. Su vertiente meridional, accesible por Arantzazu, es herbosa y accesible, mientras que por el Norte un imponente muro calizo casi vertical cae a pico sobre el puerto de Udana y valle de Oñati. Desde Udana, Aloña aparece tentadora, erizada por las cimas de Artzanburu, Arriurdin, Arkaitz, etc. Es el punto para iniciar la marcha.Hay dos pistas que suben. La de la derecha gana altura, se interna entre los pinos (talas frecuentes) y llega a un cruce (0h.35'). Hasta allí llega el camino que proviene de Mirandaola y Barrendiola. Marcas de GR, fuente y letreros.Continuamos la subida entre pinos. La pendiente se agudiza. Dejamos atrás las txabolas arruinadas de Ollariaga (0h.55'). Nuevo cruce con letreros. Más arriba están la fuente y las chabolas, en buen estado, de Jarondo (1h.25'). La pista sale del bosque y tras superar un pequeño hayedo traza un amplio zigzag y se convierte en camino minero. Poco después pasa bajo la escombrera de las minas de Katabera (1h.45'). Hasta los años 20, un equipo de 18 mineros extraía galena, calamina y blenda. Ahora están arruinadas.A lo largo de 45 años (1884-1925) estuvieron dirigidas por el ingeniero alemán Frederick Bähr, que durante 27 años vivió en la llamada 'casa de los alemanes' de Udana, a pie de obra, con su esposa y sus cinco hijos, todos germano-legazpiarras. Uno de ellos, Gerardo, llegó a ser miembro de Euskaltzaindia. Fue un políglota y una eminencia académica con un triste final. Se pierde su rastro tras la entrada de los soviéticos en Berlín en 1945. Tenía 45 años y era oficial intérprete de la Wehrmacht.

Dejamos atrás la caseta de la mina y seguimos la pista hacia el collado que se intuye al final de la ladera herbosa y muy pendiente. La escombrera de Nordegi cruza el camino y obliga a un sobreesfuerzo.Un último esfuerzo y alcanzamos el paso y llano de Biozkornia (2h.20'). A la izquierda vemos la piedra llamada 'Amabirjiñen Sillea'. Delante se abre la sierra de Aloña y a la derecha, Arriurdin. A la izquierda domina la ladera de Artzanburu, salpicada de afloramientos calizos. La ascensión no ofrece otra dificultad que el desnivel.Seguimos el camino que lleva a Duru y Arantzazu. Pronto unas marcas amarillas sobre la roca (izquierda) indican la subida. Por senderos de animales, cuesta arriba o campo a través superamos la pendiente. Dejamos atrás el pequeño karst que protege el alto y pisamos la cumbre del Artzanburu (2h.45').De vuelta a Udana, pasamos por Biozkornia y volvemos a las minas. Pronto penetramos en el bosque de pinos, que no abandonamos hasta Udana (4h.25'). En el último cruce de pistas, bajada a Barrendiola y Mirandaola, es posible (derecha) subir a Arratola (738 m), cumbre menor con pocas vistas.