El viajero que discurra por la carretera A-624, entre Amurrio y Artzentales, descubre hacia el sur una serie de modestas cumbres, casi idénticas en su fisonomía, que se elevan cerrando el valle de Ayala por su extremo meridional. Enmarcadas por los altivos farallones de Sierra Gorobel/Sálvada, que sobresalen tras ellas en el horizonte, son media docena de cimas sencillas pero interesantes modeadas todas ellas con idéntico perfil. Por el norte caen casi a pico sobre Ayala en pronunciadas pendientes cubiertas de un tupido bosque dominado por encinas y marojos, mientras que hacia el sur muestran suaves pendientes amesetadas aprovechadas como pastos o cubiertas por pinos silvestres y encinas.

La dos cumbres más orientales de esta subcordillera son el Babio –centenario– y el Burubio. Separadas por un collado sobre el que se asienta la modesta aldea de Mendeika, se elevan sobre Amurrio y se pueden combinar en una excursión matinal cómoda y accesible en estos días en los que arrecia el invierno.

Desde Mendeika su conquista apenas queda en un paseo, así que vamos a alargar un poco la excursión rodeando en Babio desde Etxegoin, barrio ubicado en el barranco que separa ambos montes y facilmente accesible tanto a pie como en coche desde Amurrio.

En Etxegoien debemos que seguir una pista de cemento que remonta hacia el suroeste (dcha.). La fuerte pendiente no tarda en moderarse, mientras la pista bordea los limites del bosque hasta un depósito de aguas con una fuente adosada (0h.12'). Aquí el vial se convierte en un amplia senda que asciende con ganas hasta otra pista, que seguimos hacia la derecha. Llega hasta un collado al borde mismo de los prados y continúa, tras cruzar una alambrada, convertida en una camino herboso que, sin embargo, no tarda en transformarse en un sendero algo sucio en algunos tramos. Nos lleva hasta las instalaciones del Consorcio de Aguas-Kantauriko Urkidetza de la comarca de Ayala (0h.35').

Descendemos por su pista de acceso, cementada, aunque la dejamos en el primer desvío que surge a la izquierda. El camino, una vieja pista de cemento muy rota, nos lleva hasta el collado de acceso al altiplano meridional del Babio, en un inconfundible cruce de caminos señalado con un hito y una gran piedra (0h.55'). Hacia la derecha, solo queda remontar entre pinos silvestre por el amplio camino que lleva hasta la cima (1h.10'), coronada por una bonita escultura en hierro de un montañero de tamaño casi natural y con buenas vista al valle de Ayala.

Tras disfrutar del paisaje, nos dirigimos al Burubio. Descendemos por la ladera siguiendo el sendero que baja casi pegado a la alambrada del cordal. Más abajo, la senda sortea la valla y se pierde en el encinar de la vertiente oeste de la montaña. Es el conocido como 'camino de los contrabandistas', que lleva al depósito de aguas por el que hemos pasado antes. Nosotros nos alejamos de la alambrada y seguimos bajando hacia la derecha hasta confluir con el camino que viene de la cima. Por él llegamos sin más problemas a Mendeika (1h40').

Cruzamos el barrio y nos dirigimos (izd.) hacia el Burubio, bien indicado por postes de señales. Tras cruzar una compuerta, dejamos atrás el caserío y remontamos cómodamente por una pista que lleva hasta la cumbre, protegida por unas encinas (2h.00'). Tiene peores vistas a Ayala que el Babio, que sin embargo quedan compensadas por las excelente panorámicas que disfrutamos en el descenso de las proas de Sierra Gorobel.

De vuelta al portón de acceso a Mendeika, sin atravesarlo giramos a la derecha y cogemos un bonito sendero que desciende directamente hasta Etxegoien pasando cerca de la ermita de San Miguel poco antes de llegar a nuestro destino (2h.35').