Seguimos descubriendo la vertiente sur de los Montes de Vitoria. Hoy ascendemos al Cuervo desde el pequeño núcleo treviñés de Ascarza, una caminata agradable y cómoda con desniveles suaves por lomas adehesadas y hayedos meridionales. Por el camino pisaremos la cumbre menor del Areatza. Muchos conocerán la cima del Cuervo como Arrieta. Ha sido su denominación ‘oficial’ hasta que la Federación Vasca decidió recuperar en la edición de 2014 de su Catálogo de Cimas el más exacto de Cuervo, ya que en realidad Arrieta se refiere al cercano pueblo treviñés del mismo nombre.

Partimos del aparcamiento de la sidrería de Ascarza. Descendemos por la calle hasta dejar atrás el pueblo y enseguida comenzamos a ganar altura por una pista que enfila hacia la sierra. Un portón nos cierra el paso (0h.10’). Tiene un paso para personas en el lateral. Al otro lado seguimos el camino que sube (dch) pegado a la alambrada. Sale más arriba a la pista principal, que desde el portón da un pequeño rodeo. Tras un giro de noventa grados más adelante, no abandonaremos ya este vial hasta la meseta cimera de Areatza. Obviando desvíos menores, la pista discurre con un cómodo desnivel por un terreno adehesado en el que dominan las encinas.

Tras una agradable y cómoda ascensión desembocamos en la despejada planicie cimera (0h.40’). La cumbre, aún invisible, está arriba a la derecha. No hay sendero definido, así que enfilamos hacia ella directamente campo a través. Está protegida por una alambrada para que los animales no se despeñen. Aprovechamos alguno de sus hilos rotos para cruzarla y llegar al buzón (0h.50’). Enfrente, hacia el noroeste, destaca en la línea de cumbres nuestro objetivo principal: Cuervo.

Volvemos a cruzar la valla y buscamos (dch) un sendero que discurre por el borde del altiplano. Más abajo abandona la planicie y se adentra (dch) en un bosque. Cruzamos un portón y sin dejar el camino desembocamos en el collado de Rosteta (1h.00’). Confluimos aquí con el la Senda del Pastoreo (GR-282), cuyas balizas rojiblancas nos acompañarán durante los próximos kilómetros, hasta el portillo de Doroño.

Seguimos el camino hacia la izquierda. Pierde algo de altura, llanea brevemente y no tarda en picar hacia arriba al adentrarse en un hayedo. A partir de aquí el camino no ofrece dudas. Ni alternativas. Enfila hacia el cordal cimero mientras afrontamos las rampas más duras antes de llanear unos metros hasta el buzón y el vértice cimeros (1h.35’) del Cuervo. Tras disfrutar de las vistas, que se extienden hasta la sierra Toloño/Cantabria y con Treviño a nuestros pies, iniciamos regreso a Ascarza.

Seguimos para ello el cordal cimero, por el que perdemos altura, primero por terreno abierto y luego entre hayas, hasta el portillo de Doroño (1h.55’). Dejamos aquí el GR-282, que sigue de frente hacia el cercano puerto de Zaldiaran. Nosotros descendemos hacia el valle (izd) por una camino que sigue la línea electrica y lleva hasta Doroño (2h.10’).

Cruzamos entre los dos grandes caseríos ante los que desembocamos y abandonamos el pueblo por una camino herboso que sale una pista de cemento. Bajamos por ella y no tarda en convertirse en una pista que cruza una parcelaria y comienza a ganar altura adentrándose en el bosque. Tras un par de toboganes, ascendemos hasta cruzarnos con una pista-cortafuegos que baja del cordal (2h.40’). Obviando esta opción, seguimos unos metros más hasta un desvío a la derecha. Descendemos por él, llegamos a un collado y, por la izquierda, enfilamos ya hacia el cercano Ascarza (3h.00’), donde la sidrería es una excelente opción para culminar la jornada montañera.