El Vienda es el punto culminante del afilado cordal al que da nombre, un vertiginosa cresta que se alza vertical sobre el barranco de El Juncal y separa los valles de Tobalina, al sur y Losa, al norte. La arista queda cortada justo en su mitad por el río Jerea, formando el desfiladero de Entrepeñas con la Peña de los Buitres (998 mts.), en la otra vertiente del cauce. En realidad, este modesto aunque abrupto cordal es una prolongación de la sierra de Anderejo, que delimita por el sur el Parque Natural de Valderejo y tiene como cota principal el Vallegrull. La ruta habitual y más directa al Vienda parte de la localidad burgalesa de Quintanilla Montecabezas, pero en esta ocasión hemos acometido una interesante travesía desde Valderejo que recorre buena parte del cordal
El primer tramo de la excursión discurre por la ruta más popular de acceso al Vallegrull. En Lalastra nos dirigimos hasta el despoblado de Villamardones (0h.20") y desde allí, por la Senda de San Lorenzo, hacia la ermita del mismo nombre, visible desde casi cualquier punto del valle. Alcanzado el eremitorio (0h.45"), el siguiente objetivo es un amplio collado que se alza sobre nosotros (SO), entre el Vallegrull y el Alto del Haya y justo encima de la Peña Agujero. Lo más cómodo es seguir la pista (izd.) que lleva hasta la trifurcación en la que confluyen las sendas de la ermita, Vallegrull y Ribera, y remonta hasta el collado -obviando el cartel que indica la dirección al Vallegrull-.
Una vez en el collado (1h.10"), a su derecha se eleva una pequeña peña conocida como El Bardal. No es necesario ascenderla, pero marca el inicio del largo cordal que desciende hasta un collado (1h.45") atravesado por la GR-85 (Ruta de Los Sentidos de Las Merindades). Frente a nosotros se alza ya el imponente cresterío de Vienda. En este punto, los más osados pueden afrontar directamente la arista. La tarea será ardua, más por lo tupido del terreno que por las dificultades técnicas que presenta la opción. Más sencillo es descender por la pista que lleva a Quintanilla unos 700 metros para coger un desvío a la derecha. El camino, tras superar una valla, remonta hasta el collado de El Cejuelo (2h.15").
HITOS
Vienda: 1073 m. (UTM:30T 474905.00 E, 4748745.00 N)
Aquí de nuevo la arista nos tienta, pero otra vez aplazaremos el enfrentamiento con ella. Un sendero, a tramos semioculto por la vegetación, la recorre por su base en la vertiente norte hasta un nuevo collado. Ahora sí, no hay otra opción que encaramarse a la roca. La desdibujada ruta, marcada ocasionalmente por hitos, discurre un poco por debajo de la cresta, en la vertiente sur, aunque en algunos puntos se encarama a la misma arista para evitar la incómoda vegetación -carrascos, bojs y espinos-.
En el tramo superior, la divisoria se ensancha hasta dar cabida a unas pequeñas campas con algún árbol. Poco antes de la cumbre, un pequeño roquedo sirve de centro de reunión para la nutrida población de buitres que acoge el macizo. Unos metros más allá, el buzón del Mirandés y el Gazteiz señala la cima (2h.45"), con vertiginosas vistas a los valles de Tobalina y Losa y al barranco de El Juncal.
Para la vuelta, si hemos contemplado la opción de que no recojan en coche en la aldea de Quintanilla, en poco más de una hora estaremos en el pueblo. Si tenemos que volver hasta Lalastra, la marcha se irá más allá de las cinco horas.