La humanización de la montaña vasca no es algo nuevo, sobre todo en las cumbres más próximas a los núcleos rurales y urbanos. Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha fijado en ellas, desde su utilización como lugares sagrados a su explotación y uso lúdico que se les da ahora. Pero también han sido campos de batalla, en especial en la guerra civil y en particular en Bizkaia con el Cinturón de Hierro, considerado la estructura militar más grande de Europa.
Uno de sus escenarios fue el monte Gantzabal/Lemoatxa, que se eleva sobre la localidad a la que da nombre. Su estratégica situación –a apenas 20 kilómetros de Bilbao, en un nudo de comunicación clave camino de Vitoria y entonces un cerro pelado con vista a buena parte de Bizkaia– lo convertían en un punto clave del frente vizcaíno.
El 28 de mayo de 1937, las tropas golpistas dirigidas por el general Mola llegaron a Lemoa desde Amorebieta y con la conquista de Bilbao como objetivo. Allí les esperaban las fuerzas del Ejército de Euskadi, cuya resistencia fue inútil debido a los intensos bombardeos de los aviones italianos y alemanes. El frente cayó en horas. Pero el 3 de junio, los batallones de la VI Brigada Vasca, integrados pro casi tres mil hombres apoyados por carros construidos en La Naval de Sestao, recuperaban el Lemoatxa en los que fue la última victoria del Euskadiko Gudarostea. Sin embargo, días después, los sublevados lograron hacerse de nuevo con el control de Lemoatxa, donde aún se siguió combatiendo y resistiendo hasta el 15 de junio.
Recientemente, la Federación Vizcaína de Montaña ha homologado el sendero PR-BI.56 ‘Lemoatxa 1937’, que recuerda aquella batalla y muestra sus trincheras. Su recuperación comenzó en 2012 gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento de Lemoa y la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
HITOS
Lemoatxa-Gantzabal: 363 m. (UTM:30T 518378.53 E, 4784931.38 N) Puntuable para los Cien Montes.
Cómo llegar: A-8 hasta la salida de Usansolo y N-240 hasta Lemoa. Desde Vitoria, N-240 hasta Lemoa.
Cartografía: MTN 62-III (Kurtzea), 1:25.000, del IGN.
El recorrido comienza a la entrada del pueblo, en el parque ‘1936 urteko gudarien parkea’, inconfundible por la zona de juegos y columpios que alberga y donde un panel nos ubica históricamente en la ruta que vamos a realizar.
Siguiendo las marcas blancas y amarilla, el trazado nos lleva a pasar junto a la torre de Aldape antes de dejar atrás el núcleo urbano y remontar por una pista de cemento hasta el caserío Landalde (0h.25’), donde comienza (dch.) el conocido ‘camino de los gudaris’. Este recorre el cordal occidental de la montaña hasta el área recreativa de San Antolín (1h.00’), cerca de la cima y donde comienza el tramo de las trincheras.
En vez de enfilar hacia la cumbre, seguimos aquí las balizas por un sinuoso sendero que nos descubrirá tres zonas de trincheras y las explicaciones, mediante paneles, de su creación y recuperación hace siete años. Sobrecoge imaginar las escenas de la lucha setenta años atrás. Otra de las sorpresas de este tramo es el Aspunta, una cima considerada menor y subsidiaria del Lemoatxa que que sin embargo es el verdadero punto culminante de la sierra ya que mide dos metros más que su hermano ‘mayor’.
El recorrido por las trincheras culmina en el Lemoatxa (1h.25’), donde todavía siguen en pie la capilla y la cruz construidas en honor a los muertos del ejército golpista.
Descendemos ya siguiendo la senda que nace bajo la ikurriña y lleva al bonito paraje donde se asienta la ermita de San Antolín. Desde allí, el camino desciende (izd.) por un tupido bosque, pasa junto a un vuejo calero y retorna al casco urbano por el barrio Lemorieta. Un paseo junto al Ibaizabal y la iglesia de Santa María de Lemoa serán los últimos hitos del recorrido antes de retornar al parque ‘1936 urteko gudarien parkea’ (2h.30’).