Edición

Borrar
xxxx

Otoio, Atalaya ballenera

Entre Lekeitio e Isparter se eleva el Otoio, importante punto de avistamiento para la ancestral caza de cetáceos en el Golfo de Vizcaya

Viernes, 23 de Septiembre de 2022

La industria ballenera vasca fue una de las más importantes del Atlático, si no la más importante, desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, alcanzando su punto álgido en los siglos XIV y XV. Algunas teorías aventuran incluso que fue en el País Vasco donde inventaron y desarrollaron su caza, extendida luego a las flotas continentales, desde Bretaña a Escandinavia, y más tarde a Terranova.
Las ballenas capturadas se contabilizaron por miles, incluidas crías, que utilizaban para atraer a los ejemplares adultos. Su volumen fue tal que la ballena Franca glacial, o de los Vascos como se conocía popularmente, prácticamente se extinguió en el Golfo de Vizcaya. En el siglo XIX sólo se cazaron cuatro y la última fue capturada frente a las costas de Orio en 1901. Y se hizo con dinamita, ya que para entonces la ancestral práctica del arponeo se había perdido. De hecho, hoy en día solo hay unos 450 ejemplares en todo el mundo y sigue en peligro de extinción.
La técnica rozaba la heroicidad. Las cuadrillas de pescadores salían a la mar en barcas denominadas txalupas, desde las que se arponeaba al animal, aguardaban a que muriera y, aprovechando que muertas flotaban, las remolcaban a puerto.
Pero para que ese proceso se llevase a cabo con éxito había una figura fundamental en los puertos balleneros. El vigía. Era la persona encargada de subir a los montes pegados a la costa y escudriñar el horizonte en busca cetáceos y avisar a los pescadores. La costa vasca está llena de estas cumbres-atalaya, desde el donostiarra monte Ulia a Punta Lucero.

HITOS

  • Talaia: 242 m. (UTM:30T 539083.50 E, 4802206.28 N)

  • Otoio: 396 m. (UTM:30T 538132.33 E, 4802070.42 N) Puntuable para los Cien Montes.

  • Cómo llegar: A-8 hasta Amorebieta; BI-635 hasta Gernika; BI-2238 (por Ereño) hasta el desvío a Ispaster (BI-3238).

  • Cartografía: MTN 38-IV (Elantxobe) y 39-III (Lekeitio), 1:25.000, del IGN.

  • Horario: 3h00’ (1h30’ de ascensión).
  • Distancia: 11.0 km.
  • Desnivel positivo: 635 m.
  • Severidad del medio: 1
  • Dificultad orientación: 2
  • Dificultad del terreno: 2
  • Esfuerzo necesario: 3
  • Tipo recorrido: Circular
Una de las más destacadas es el Otoio. Una importancia estrechamente ligada a la pujante industria ballenera que se desarrolló en Lekeitio (entre 1517 y 1662 sus pescadores cazaron 45 ballenas). Hoy lo conoceremos en una ruta que recorrerá casi todo su cordal descubriendo las sucesivas atalayas al mar que justificaron su fama. Para ello, completaremos una marcha circular desde Ispaster que nos llevará por playas, bosques y, por supuesto, los puntos de vigía.
En Ispaster, seguimos el camino peatonal que lleva a la playa de Ogella. Esta casi en la salida del pueblo dirección Ea. El paseo atraviesa el barrio Larrinaga y sale a la carretera que baja al arenal. Evitamos el asfalto cogiendo enseguida una pista forestal (dch) que nos lleva sin pérdida hasta la playa (0h25’). Retornamos a la confluencia de la pista por la que hemos bajado y la seguimos de frente. Llanea hasta una bifurcación. Subimos por el vial derecho hasta desembocar en la pista de servicio de la antena cimera (0h55’).
Coincidiendo con el GR-123 (E9), remontamos por ella hacia la cumbre. En la curva más pronunciada del tramo no dejaremos de asomarnos al acantilado para disfrutar de la primera atalaya del recorrido. Seguimos hasta las antenas, bordeamos la instalación por la izquierda y nos asomamos al mirador cimera. La cumbre esta un centenar de metros tierra adentro siguiendo el sencillo cresterío rocoso. (1h30’).
Volvemos sobre nuestros pasos una decena de metros y seguimos (dch) un evidente sendero marcado con las balizas rojiblancas del GR. Desciende por una pronunciada pendiente que luego se modera. Es el camino a Lekeitio y por el que subían los vigías. En el recorrido pasaremos por varios miradores abiertos al mar antes de llegar a Talaia, el gran puesto vigilante (1h55’) y su vieja edificación. Con Lekeitio a nuestros pies y el Cantábrico llenando el horizonte no es difícil imaginar la venturosa y dura vida de sus habitantes hace 500 años.
Descendemos unos metros por el camino hasta una bifurcación. Continuamos por la derecha camino de Artika, barrio por el que regresaremos a Ispaster. Llegamos a un cruce con una fuente (seca). El camino de la derecha lleva sin pérdida al barrio. Un poste del PR-145 nos indica la dirección a seguir (dch). Un agradable camino con continuos subibajas rodea el monte Garaiarte y desemboca en la pista de las antenas. Confluimos de nuevo con el GR, que seguimos, primero por la pista y luego (dch) por un camino entre caseríos, hasta Isparter (3h00’).

 

 

Publicidad