El pico Culillas es un pitón rocoso que destaca aislado en la ladera de la sierra de La Demanda que cae al valle del río Najerilla. Sorprende la pureza de sus líneas en una zona de montañas macizas, alomadas, cubiertas de bosque y matorral. No alcanza los dos mil metros, pero es una tentación para el montañero. La ruta menos complicada de subida sale de Mansilla de la Sierra, pueblo de las Siete Villas a orilla del embalse del Najerilla. La marcha comienza en lo más alto del municipio, junto al abrevadero y dos naves ganaderas. Hay espacio para aparcar. Nos internamos en el carrascal disperso, ramoneado por el ganado y empinado en este tramo. Lo surcan sendas que permiten ganar altura con rapidez a media ladera, por antiguos caminos bien calzados que fueron utilizados en otros tiempos por los mineros. A nuestra derecha, muy abajo, corre el río Gatón. Al otro lado (E) de la loma lo hace el río Cambrones.

La pendiente se suaviza a partir de la loma Mostajares (0h.40). Si miramos hacia atrás, hacia la sierra de Neila, divisamos el pantano que sepultó de manera oficial al viejo Mansilla un domingo de Ramos de 1960. En septiembre y octubre, cuando el embalse está al mínimo de su capacidad, se pueden ver los restos de la iglesia y otros edificios que quedaron anegados.Sigue un tramo de suaves subidas y bajadas. Caminamos de cerro en cerro hasta Culillas, como dicen en el pueblo. La cuesta está cubierta de robles y encinas de pequeño tamaño. Se divisan las cumbres de alrededor: Peñuelas, Gatón, Espelcia y Domingo Pedro (O). Pico Culillas destaca en frente. Pasamos por un amplio llano en cuesta llamado La Muñeca donde pasta el ganado, mayormente cabras. En esta zona se explotaron varias de las 40 minas de cobre, plata y plomo que hubo en Mansilla. Pasaremos junto a alguno de los pozos.El monte bajo hasta ahora clareado se cierra tras un kilómetro aproximado de subida (1h.40). Nos enfrentamos a una banda de robles recrecidos alternada con jaras y retamas. Buscamos una senda pisoteada por el ganado que, a costa de enganchones y más de un arañazo, permite cruzar a terreno libre.Al otro lado aflora la piedra. Un extenso canchal fijado por la hierba, desprovisto de matorral, que permite trepar por la garma cuarteada pero fácil hacia la cima. Improvisamos. Iremos por el sendero más fácil. Alcanzamos un primer collado herboso para afrontar la segunda y última cuesta.La cima sorprende por herbosa. Junto al roquedo se alza el buzón pequeño y aún en buen estado que colocó el club Bilibio de Haro en 1976 (2h.45). Hasta aquí llegan las ovejas y cabras. Y las garrapatas. Es un picón rocoso entre los barrancos de los ríos Mostajares y Cambrones. De frente, la ladera continúa hacia el pico Salineros, que se divisa arriba. Hacia el valle del río Najerilla la vista es espectacular. El embalse de Mansilla, Alcaste y Alrucea. Cabeza Herrera en medio. El mogote de Urbión al fondo. Tres Provincias, Muñalba, Campiña y las cimas de NeilaDesde el Culillas se puede continuar hacia Salineros. Para ello destreparemos al collado superior. Siguen una sucesión de cortas chimeneas y repisas con roca deleznable. Más sencillo es bajar por el flanco izquierdo (O), por la trocha bien pisada del ganado. Luego sólo resta subir por terreno fácil y pendiente hasta el buzón. Quien se anime tendrá que añadir 1h.25 de subida, más la bajada, a la excursión.No nos complicamos, dejamos Salineros para otra ocasión y volvemos a Mansilla por la ruta de subida (4h.10). En el pueblo cuentan que del paraje de Mostajares sale un camino medio perdido a tramos que baja al fondo del valle del río Cambrones, para visitar las minas de plomo. De allí una pista desciende a la carretera y al pueblo.