El cañón de Delika es uno de los paisajes más espectaculares de la montaña vasca. En realidad, todo el alineamiento que forman los "acantilados" de las sierras de Urkabustaiz, Gibijo, Santiagomendi y Garobel/Sálvada sobre los valles de Arrastaria y Aiala conforman un paisaje bello y singular. Es la combinación de cientos de miles de años de erosión y la presencia de rocas de distinta dureza, que han dado como resultado, por ejemplo, el salto del Nervión. Su cascada cierra el valle de Delika y es la más alta de España, con 220 metros de caída.

Recorrer el cañón por su cornisa superior no entraña riesgos, siempre que no nos acerquemos en exceso al precipio, y la recompensa visual es indudable. Otra cosa es auparse hasta la meseta superior. Para ello lo mejor es recurrir a alguno de los pasos que utilizaban los antepasados del valle . Desde Delika, el más cercano es el de Bagate, ubicado al noreste de la punta a la que da nombre. Su punta destaca sobre el pueblo hacia el Este.

Desde la plaza del pueblo, tomamos esa dirección. Cruzamos las vías por un paso a nivel sin guardar y dejamos atrás las últimas casas. Tras la última, seguimos hacial a derecha y cruzamos una compuerta. Estamos ya en el camino por el que vamos a ascender hasta el portillo de Bagate (0h.40"). Traspasado el portón, buscaremos a la derecha el sendero más cómodo para remontar hasta el vértice y el buzón (0h.50") de la punta a la que da nombre.

Iniciamos aquí la travesía de la sierra por el borde mismo de sus cortados. La comodidad del paseo contrasta con el abismo que se abre a nuestra derecha. Solo en un primer momento se supera un par de lomas evidentes. Luego, el altiplano apenas ofrece desniveles, tanto que la cumbre de Bertzeta (823 m.) pasaría desapercibida si no fuera por el vértice geodésico que la señala (1h.15"). La poderosa imagen del salto del Nervión se muestra al otro lado del barranco, aunque para verlo con agua habrá que elegir epocas de lluvias o deshielo.

La meseta inicia un suave descenso hacia el fondo del cañón, en el que pasamos por las conocidas como Peñas Nervinas y giramos a rumbo noroeste siguiendo el borde del precipicio hasta el curso del río. Si no hay agua se puede cruzar sin más aprovechando las lomas herbosas que lo limitan y llegar al mirador del Salto del Nervión (1h.50"). Si baja cargado habrá que remontar río arriba hasta donde el cauce permita su vadeo.

Tras la obligada mirada desde tan vertiginoso balcón, la ruta continúa por un camino pegado al precipicio. Es la conocida como Senda del Cortado, uno de los senderos balizados existentes en la parte burgalesa de Monte Santiago, Monumento Natural desde 1996. Pasa primero junto a una lobera y remonta luego hasta la cima de Arando o Santiago, ocupada por el mirador de la Esquina Rubén (2h.30").

Para el descenso, los que no quieran complicaciones no tienen más que desandar la ruta de subida. El resto debe seguir unos metros el borde de los acantilados hasta una alambrada con una compuerta giratoria. En este punto, los cortados se abren formando el portillo de Arando, que permite bajar la valle. El primer tramo del sendero es bastante empinado y obliga a asegurarse con las manos. Salvado el precipicio, la senda recorre la base de los cortados (dcha.) hasta en la vertical de Arando descendiendo suavemente. Aquí comenza a llanear, así que lo mejor es bajar a la brava por el hayedo hasta una pista. Siguiéndola por la izquierda, y tras una revuelta, lleva a un cruce de caminos donde hay que continuar de frente hasta la pequeña aldea de Zamarro, primero, y Delika (4h.00").