El Urko es el techo de Ermua y Eibar, enfrentado al vecino Kalamua con el alto de Ixua en el centro. Su cima, divisoria de las cuencas del Deba y el Artibai, está defendida por una fuerte pendiente por el Sur. Por esta vertiente suben las vías clásicas. Las más directas por Ermua y Eibar y la más cómoda, con salida desde Ixua.

En esta ocasión subimos por Ermua para bajar a Eibar, en parte por el GR 121, con paso por las cadenas del barranco de Abontza. La marcha comienza en el Ambulatorio, en lo más alto de Ermua. Un letrero (Elorreta) marca el rumbo. Vamos por asfalto, por una carretera empinada con apenas tráfico. Sube y sube y se interna en el pinar. El bosque oculta el paisaje. Al rato (0h.30), en una curva cerrada (marca PR), destaca la elevación del Lindar (derecha). Una barrera permite pasar a la campa y coronar la cima (0h.35). Está erizada de pinos, con un hito (RA-5) en el punto más elevado. Carece de buzón.De vuelta a la carretera, el asfalto sube hasta los caseríos de Elorreta Bekoa (0h.40), habitados y con perros ladradores. La ruta vuelve a coger pendiente y llega a una nueva curva (0h.45). Un paso entre encinas (derecha) nos mete en el bosque. Un sendero remonta con suavidad entre pinos y cipreses y llega hasta el roquedo de Artaluze (0h.52). La cima, sin vistas, cuelga sobre el barranco, envuelta de encinas y rodeada por una alambrada que dificulta la maniobra. Tiene un curioso buzón de piedra.La carretera termina en el caserío Elorreta Goikoa (1h.02). En terreno abierto y reformado. Un camino bordea la tapia y llega hasta un abrevadero y un tejo enorme. Más arriba hay un cruce. El ramal de la derecha lleva al Urko por territorio vizcaíno.Es una senda de arcilla pendiente, un tobogán con tiempo húmedo, que sube entre pinos. Pierde gradiente en el contrafuerte de Elorretagana, deja a la derecha una señal de GR (bajaremos por allí) y alcanza una portilla (1h.25). La landa cubierta de argoma y helecho llega hasta el Urko (1h.50).La cima es un afloramiento de caliza y arenisca coronado por un vértice, dos buzones maltratados, uno del Eibar, y una placa en memoria de Víctor Lecumberri Otabiña (1913-2005). Fue un sindicalista comunista, testigo de la proclamación de la República el 13 de abril de 1931 en Eibar. Durante la Guerra Civil luchó como miliciano.Disfrutamos de las vistas. Akondia-Kalamua y el Cantábrico (N); el Oiz y las montañas cántabras (O); Gorbeia, Anboto y Udalatx de O a S. Al SE, Aizkorri, Aratz e Izarraitz, y, al fondo, Aralar. A nuestros pies Eibar. Hacia allí vamos. Descenso por el camino de subida. Portilla y después la señal de GR (2h.10). Da acceso a un sendero estrecho que baja por el barranco de Abontza erreka. Pierde altura pegado a la ladera herbosa y llega a una zona rocosa, resbaladiza, con una fuerte caída (2h.25). Está equipada con un doble tramo de cadenas que dan seguridad. Atención al paso.Al otro lado, la senda llanea (GR 121) y sigue hacia Ixua. Antes, en una curva (2h.35), perderemos altura (dch.) por el sendero que sigue el contrafuerte del barranco. Baja entre argoma y brezo y llega a un pinar espaciado. Termina frente al caserío Amazabal (2h.45), habitado y con una excelente vista del Urko.El descenso, ya por asfalto, continúa por el barrio de Iturburu y sus grandes encinas y la Ikastola (3h.00). Carretera abajo, vemos un desvío (dch.). Es un camino embarrado que lleva a un repetidor. De allí se baja al barrio de Miraflores y al casco urbano de Eibar (3h.30). Otra opción es descender a la carretera Eibar-Arrate y bajar por el arcén.