Los montes de Saldamando forman una línea de cimas de moderada altitud y relieve redondeado en la divisoria con Cantabria. Comienzan en el puerto de Las Muñecas y termina en el Alto de La Granja, entre Sámano y Guriezo. Alcanzan su techo en el Alen o Castro Alén, como se le denominaba antes, una cumbre centenaria herbosa y despejada que domina la zona de Las Encartaciones donde la minería del hierro fue intensiva.La ascensión habitual sale de Alén, caserío enclavado a gran altura. Ahora subimos por el lado de Artzentales donde también hubo explotaciones de hierro y galena. San Miguel de Linares encaramado en la cuesta del Somo. Una carretera sube hasta el barrio de Risquero (0h.35). Hemos llegado a pie tras pasar por Rebollar.

De la última casa de Risquero una pista sube por la ladera plantada de pinos y eucaliptos. Fue una escombrera de la mina Marta colonizada ahora por las argomas. Cruza unos prados y tras unas curvas alcanza un collado (1h.10). Por la derecha una senda de ganado se introduce en el eucaliptal y llega a un rellano. Allí, junto a una alambrada, está el hito que señala la cima de Gerelagua (1h.20). Vista de los montes de Lunada. Vuelta al collado (1h.32). Tras unos metros por la pista tomamos un desvío (izq.) que trepa por la ladera. Pendiente pero corto tramo que sale a terreno abierto. Un vértice en el brezal indica la cima de Torresaleta (1h.40). Una grieta entre las argomas y el brezo camufla un pozo minero. La cuesta del Alen domina el paisaje (N). Vuelta a la pista. Es ancha y frecuentada por ciclistas, todoterrenos y montañeros. Caminamos (dch.) en ligero descenso por las escombreras de las minas Amalia y Juliana (cerradas). Paneles informativos, una fuente y Alén (2h.10). El poblado fue fundado a finales del siglo XIX para acoger al personal minero. En 1900 tenía 565 habitantes, empleados en las minas Juliana y Federica, propiedad de don Luis Ocharán Mazas. Tuvo farmacia, escuela, cooperativa, cantinas y cuartel de la Guardia Civil. Las minas cerraron en los años sesenta y el pueblo se despobló. Subsisten varias casas, el frontón y las ermita de San Luis, arruinada y en lamentable estado, y la de Santa Lucía, con una cueva dentro. El Alen se eleva tapizado de pinos sobre el poblado. En lugar de la ruta normal, pegada a la arista, vamos por la vertiente de Sopuerta. Es una pista ancha que se interna en el pinar y llega a la fuente de Arlancho (2h.30), caudalosa, en zona sombreada y embarrada. La ruta principal va de frente. Por la izquierda sube con fuerza un ramal con rodadas de todoterrenos. Alcanza una zona recién talada. Trepada entre ramas cortadas hasta conectar con un dédalo de pistas (2h.40). Por la derecha se alcanza sin problema el collado de Hilar (2h. 50). Hierba rala en el tramo final hasta la cima (3h.05). Vértice, buzones y ramos de flores. Viento en cualquier época del año. La vista abarca toda Bizkaia y parte de Cantabria, el mar, los montes de la Peña y de Ordunte, la cordillera cantábrica...Bajamos por el filo de la sierra, un terreno abierto con fuerte caída sobre los bosques de Sopuerta. También se aprecian parapetos y trincheras de la guerra civil. Collado de Betaio (3h.30). Perdemos altura (izq.) por una pista que enlaza con otra, también para todoterrenos, que se interna en el pinar. Se dirige hacia Alén y Artzentales. Pasa junto a un abrevadero, abandona el bosque y llega al collado del Somo (4h.05), una cima menor con un espino majuelo en lo alto.Bordeamos la cima y, siempre por una pista que pasa junto a una mina de galena cerrada (escombrera) primero de tierra y luego de cemento, bajamos a Sta. Cruz (4h.45). Fuente. Restan 2,5 km de asfalto hasta San Miguel de Linares (5h.30).