Los Montes Obarenes presentan uno de sus tramos más abruptos en el desfiladero de Sobrón. Forman una muralla natural que cae varios cientos de metros sobre el embalse del río Ebro, que allí abandona Tobalina para penetrar en tierras de Miranda.Es un sector boscoso y salvaje que tiene al Umión como pico más destacado. Sus cimas más destacadas son Bujarrillo, la más elevada, y Recuenco, de menor altura pero con vértice geodésico, ambos accesibles por Bozoo. Otro de los atractivos de la zona está en el alcornoque (Quercus Suber), un árbol que se asocia al Mediterráneo y que prospera en este paraje frío de Burgos. Se trata de una masa arbórea autóctona y bien conservada de unos 35.000 ejemplares censados. Crecen dispersos y no llegan a formar una espesura. La mayoría es de pequeño porte y han aprovechado la sombra de los pinos de la repoblación para prosperar.Bozoo fue uno de "Los pueblos solos" de La Bureba. Es antiguo. El monasterio de San Pedro y San Pablo de Rozó aparece citado en el año 946. Según Madoz en su Diccionario, «tiene la casa municipal en mal estado, una escuela de primeras letras, la iglesia parroquial dedicada a San Julián y Santa Basilia, manifestando los dibujos de la portada y cornisa pertenecer al siglo IX». La villa está remozada y la iglesia, restaurada con esmero.Hay fuente y espacio para aparcar en la amplia plaza. Una pista sale de las últimas casas y se interna en un barranco con un frondoso bosque de pinos y encinas. Lleva hasta el portillo y pozo de Los Campos. Antes, a un kilómetro escaso, llega a un paso canadiense y un cruce (0h.20"). Panel informativo sobre los alcornoques y poste de PR. Un camino que luego se vuelve sendero sube (dch.). Remonta la pendiente entre pinos, encinas y acebos y enlaza con una pista forestal (0h.25").

Aparecen los primeros alcornoques mientras caminamos (dch.) entre el arbolado que oculta el paisaje. La pista llanea y llega a un ancho cortafuegos que despeja la ladera (0h.45"). Remontamos hasta el borde de la sierra (0h.52"). Vistas de Árcena, el embalse de Sobrón y la chimenea de Garoña. Vamos (izq.) hacia un pinar para subir por alguno de los senderos que se abre paso entre el boj y lleva a la cima del Bujarrillo (1h.00"), señalada con un hito de piedras junto a un revolcadero. La caída sobre el pantano es vertiginosa. Antes hemos dejado atrás un camino, en realidad un pasadizo entre las hayas que permite el paso hacia la vertiente del embalse.De vuelta al cortafuegos (1h.10"), un hito de piedras nos guía entre el boj y las carrascas. Son senderos de ganado que van próximos a la loma. Al rato, el bosque se despeja y facilita la marcha. Pinos espaciados y alguna encina. Un repecho final nos deja en otro cortafuegos. En lo más alto está el vértice de Recuenco y sus dos buzones (1h.40"). Las vistas son superiores a las de Bujarrillo. También se observa la perfecta concavidad delimitada por paredones rocosos que se forma en la vertiente de Sobrón. Es una cuenca que da nombre a la cima.Bajamos por el cortafuegos, despejado y pendiente, en dirección a Bozoo, a nuestros pies. No llegaremos tan lejos. Antes sale una pista (dch., 1h.55") que desciende entre pinos y alcornoques de buen porte. Se diferencian de las encinas por la corteza y el ramaje. La tradición asegura que los pastores trashumantes extremeños trajeron las bellotas del árbol para hacer su pan. En realidad es otra de las poblaciones relictas del norte peninsular, aislada durante el último periodo glaciar.Siempre por la pista, veremos vacas y al atardecer algún corzo mientras perdemos altura hasta el cruce de subida. Bozoo está cerca (3h.00").