La Sierra Cantabria domina con sus picos, hayedos y encinares Pipaón, un pequeño pueblo agrícola de la Cuadrilla de Campezo, al sur de Álava. Aparece con el nombre de "Pipafona" en el Fuero de La Puebla de Arganzón en 1191 (Alfonso VIII de Castilla). De aquí es natural el personaje literario Salvador Monsalud, héroe de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.Salimos del casco urbano por el camino de Lagrán (GR PR-1). Sube de manera suave entre campos de cereal y remolacha hasta topar con una verja de metal (0h.15"). De frente, continúa hacia el Recilla. Por la derecha, una pista señalada por una marca roja se introduce en el hayedo. Conduce al Vallehermosa. Continuamos por ella. Al rato, por una espesura cerrada de endrinos, acebos y boj aparece el refugio de cazadores de Onzate (0h.50"). Descuidado, se resguarda bajo unas grandes hayas.Por detrás remonta una trocha muy pendiente (marca roja) que serpentea entre el boj, cruza dos pistas -la última lleva al puerto de Pipaón- y termina en un hayedo disperso que conduce al collado de Vallehermosa (1h.10"). Con el cambio de vertiente, la vegetación se transforma. La cara riojana es más seca. Está cubierta por arbustos más ásperos: aliagas, majuelos... que arañan las piernas. El sendero, ahora estrecho, traza unas curvas y nos deja en el Castillo de Vallehermosa (1h.15").Un buzón del ACD de Elciego ocupa la cima de un alto venteado y con excelentes vistas, donde aseguran que hubo un puesto de guardia carlista. Se remonta a los años de la batalla de Peñacerrada (junio de 1838), que terminó con victoria de los liberales de Espartero sobre los carlistas de Guergué. Las ruinas apenas son visibles.Peña Roja y Artesilla, más elevadas que Vallehermosa, forman un roquedo que se recorta frente a nosotros. En medio se alarga un poljé o vallejo cerrado complicado de atravesar. Hasta hace unos años, cuando el ganado pastaba en los altos, el terreno estaba despejado. Ahora, una maraña de carrascas, endrinos, rosales y bojes de gran tamaño dificulta el paso.

Los montañeros de la zona han desbrozado un sendero fácil de seguir, que se pega a la base de la peña, caliza de mala calidad, y gana altura. Es el mismo que permite alcanzar Eskamelo y terminar en el puerto de Herrera. Está bien pisado. Sin peligro, conduce al alto de la "nave" de Peña Roja. La cima y el buzón están en la proa (derecha) de una loma pedregosa y pelada (1h.55"). Laguardia queda a nuestros pies.De vuelta al collado, el mismo sendero sube unos escalones naturales y nos lleva por un lapiaz despejado y fácil de atravesar hasta el Artesilla (2h.05"). Es otro alto venteado, ocupado por un bonito buzón y con excelentes vistas. Al fondo de la cresta aparece Cervera, el "centenario" de la marcha. Se alcanza con facilidad. Basta seguir un sendero que atraviesa el pedregal y lleva a la cima (2h.20"), que se enfrenta a Recilla, al otro lado del collado del mismo nombre.Es posible bajar al collado Recilla y descender al camino de Lagrán. Elegimos volver sobre nuestros pasos para aprovechar la magia -y la soledad- del poljé. Atención en el collado de Vallehermosa para localizar la senda de bajada al refugio de Olzate. Una vez abajo, el camino nos llevará de vuelta a Pipaón (3h.50").Recorremos el pueblo. La historia se refleja en sus calles. Las casas, algunas con escudo, presentan portadas de sillería de los siglos XVI y XVII. La parroquia de la Exaltación de la Santa Cruz es del siglo XVI.