Entre los pantanos de Albina, Urrunaga y Ullibarri/Ganboa y el alto de Arlaban, del que coge el nombre, se eleva un modesto macizo en plena divisoria de aguas. Son media docena de cimas que no llegan a los novecientos metros pero con una variedad de paisajes de lo más entretenida. Desde el lapiaz cimero del Jarindo a la loma herbosa del Isuskitza. Desde el pinar de Maroto al hayedo del Albertia.

Por si fuera poco, transitaremos por un territorio cargado de historia. El macizo de Arlaban fue el escenario principal de la batalla de Villarreal, una de las más cruentas de la guerra civil en el frente vasco y de la que veremos varios recuerdos y restos de trincheras en el recorrido de hoy desde el alto de Gatzaga.

Partimos de su amplia explanada, rodeada de establecimientos hosteleros cerrados que evidencia tiempos pasados mejores para este puerto que une la Llanada alavesa con el valle del Alto Deba. Subimos por una pista cementada (izd) que remonta por un pinar hasta las campas de Pagoeder (0h20’). El vial gira (izd) para evitar la loma herbosa por la que acortaremos desde un corral metálico siguiendo las balizas del GR-12 (Senda de Euskalherria), que seguiremos, tras un fuerte giro de la pista, hasta el collado Abetagain (0h40’).

Desde aquí, un marcado camino asciende por la vertiente sur hasta un rellano desde el que rodeamos (dch) el cono cimero para alcanzar el buzón por el norte (0h50’). Los pinos impiden cualquier vista. El nombre de este monte se debe al general de la primera guerra carlista (1833-1840) Rafael Maroto. Llegó a dirigir el ejército del Señorío de Vizcaya y fue el protagonista, junto con el general Espartero, del famoso ‘abrazo de Vergara’, que selló la contienda.

Descendemos siguiendo la senda hacia el norte. Desembocamos en una pista en la que retomamos el GR (izd), aunque lo abandonamos pronto, en la primera bifurcación, para continuar (dch) una pista forestal entre pinos y cipreses. Lleva al collado meridional del Jarindo. De frente, un sendero cruza una alambrada, sale a terreno abierto y, con el vértice a la vista, remota por el cresterío hasta la cima (1h25’). Es la única con vistas de la jornada, así que conviene disfrutar de ellas a las principales montañas vascas.

Desde la cumbre nos dejamos caer a la izquierda buscando el paso más cómodo entre el pequeño lapiaz cimero. Bajamos hasta un sendero (dch). Cruza un camino forestal y sigue bajando. En realidad es un atajo a la pista que hemos cortado y a la que vamos a salir más abajo. Tras cruzar un portón (1h50’) desembocamos en otro carretil que (izd) desemboca en la pista principal que baja al pantano de Urbina siguiendo ahora el GR 282 (Senda del Pastoreo).

A punto de llegar al edificio de la presa (2h05’) cogemos otra pista (izd) que se convierte en camino forestal y, dibujando una gran curva, comienza a ganar altura. Badeamos un arroyo y seguimos unos metros más perdiendo altura hasta un senderito (izd) y llanea por el hayedo. Desemboca en un cruce de caminos en el hayedo, momento de coger el principal que sube (izd) y que nos lleva sin pérdida a la cima del Albertia (2h50’), en medio del hayedo y sin vistas.

Bajamos por la vertiente contraria (SE) hasta el monumento que recuerda la batalla de Villarreal (3h00’) en la campa de la Manzanilla. Seguimos por la pista principal hasta el abandonado refugio de Albertia (3h20’). Justo enfrente nace un sendero que a los pocos metros se trifurca. Seguimos el que baja en fuerte pendiente hasta el fondo del barranco Neberako Arrue, cruza el arroyo y una pista forestal y sube zigzagueando por el hayedo hasta el Isuskitza y su altar cimero (3h50’). En su base está el buzón. De la cruz que lo presidía no queda ni rastro.

Descendemos ya hacia Gatzaga por el camino que nace a la izquierda de la peana. Baja (NE) por el hayedo hasta desembocar en una pista que (dch) nos devuelve al punto de confluencia con el recorrido de subida (curva con paso canadiense, 4h10’) para retornar por terreno conocido al alto de Gatzaga (4h45’).