Berrozi es un pequeño valle que se extiende de norte a sur en el extremo oriental de los Montes de Vitoria, sobre el Kapildui, su cumbre más destacada. Marca a su vez el extremo norte del Parque Natural de Izki. Acogió una villa medieval temprana, pequeña pero con historia. Documentada por primera vez en ‘La Reja de San Millán’ del año 1025, estuvo habitada hasta el primer cuarto del siglo XX. Posteriormente sus tierras fueron aprovechadas como explotación ganadera hasta su compra, en los años ochenta, por el Gobierno vasco como lugar de entrenamiento para la Ertzaintza

Ello hace que el acceso al valle esté vetado, pero no los cordales que lo delimitan, el del Kapildui al oeste y el del Arraialde al este. Hoy recorreremos esos limites visitando todas sus cumbres. Partimos de Vírgala Mayor, en la carretera a Maeztu. Cruzamos el río Berrón y seguimos una pista que en realidad es el original camino carretil de acceso al valle. Es un un agradable paseo junto al arroyo Berrozi. Tras media hora de caminata, cuando la pista gira a la derecha (N), seguimos un camino (izd) que baja a la ribera y discurre junto al cauce hasta descubrir enseguida un viejo puente por el que cruzamos el río. Una trocha (izd.) remonta hasta un camino que, un poco más abajo, se cruza con otro que viene del río.

Continuamos por este último (dch.), que asciende con ganas. A tramos una auténtica torrentera, nos sitúa en un altiplano a la altura de un hayedo (1h.05’), donde el vial se difumina. Atravesamos el bosque y retomamos el camino, que desemboca en otro que seguimos (dch.). Muere en un arroyo. Sin cruzarlo, a la derecha, una senda atraviesa el hayedo. Evitamos un talud subiendo hacia la izquierda y salimos a la desarbolada meseta cimera del Santa Pezarra. El punto culminante (1h.35’) es una modesta loma sin señalizar próxima a un cartel de la valla que delimita los terrenos del Departamento de Seguridad. El nombre le viene de una ermita que existió en el lugar y de la que no queda ni rastro.

A partir de aquí, la alambrada será una compañera recurrente. Siguiendo el cordal, al prrincipio la tendremos algo lejos, pero no tardamos en pegarnos a ella para remontar hasta el Kapildui (2h.15’), cuya ‘bola’ meteorológica nos guiará sin dudas. Descendemos ahora por la pista de servicio hasta la primera curva. Abandonamos el cemento siguiendo de frente (hito) por un camino que desciende hasta la base del Tierras Blancas, una puntiaguda loma que subimos junto a la lambrada.

Descendemos luego para remontar el más redondeado Galartza. Entramos en el hayedo de su vertiente norte (3h.00’), sorteamos otra alambrada y buscamos el punto más cómodo para salvar un pequeño talud. Por la izquierda, nos volvemos a pegar a la valla que delimita Berrozi. Abajo, una senda discurre paralela a los límites del despoblado hasta desembocar en la carretera de acceso a las instalaciones de la Ertzaintza (3h.20’).

La cruzamos y bajamos por un evidente camino, hasta un desvío. Por la derecha. cruzamos un río que suele estar seco y remontamos por el hayedo hasta salir a terreno despejado. El Lete se alza enfrente. Enfilamos su corto pero exigente repecho cimero desde un campo de fútbol y una cercana charca. Una vez arriba (3h.50’), tampoco tiene buzón, así que continuamos por la cresta de Berroziazuto hasta adentrarnos en el hayedo por el que remontamos hasta el pequeño buzón del Arraialde (4h.15’).

Descendemos ya al Vírgala. Seguimos para ello las marcas del PR-A.60. Al principio cuesta encontrarlas, pero no hy más que seguir hacia el sur, próximos, de nuevo, a la alambrada. El camino no tarda en hacerse evidente y las marcas blancas y amarillas comienza a ser más visibles. El largo descenso no ofrece problemas, confirmado por un poste de señales a la altura deu na charca y un pequeño refugio, hasta retornar a Vírgala (5h.00’).