Casi en el centro geográfico de los Montes de Vitoria se eleva el Azkorri, una cumbre menor del cordal, quizás por su escasa prominencia respecto a la línea de cumbres, aunque en 1950 llegó a figurar como ‘centenaria’ en el Catálogo de Cimas de la Federación. También se le conoce como Betoño, probablemente por influencia del pueblo que tiene a sus pies y, sobre todo, por el portillo que queda al este, por el que pasa la conocida como Colada de Peña Betoño, ancestral camino que unía Treviño con Vitoria.
Perfectamente conocida por los mendizales alaveses por su vertiente norte, hoy vamos a conocerla desde el sur. Recorreremos tierras de Treviño cargadas de leyendas y maldiciones en las que la fama de uno de sus núcleos ha trascendido fronteras. Se trata de Ochate, un despoblado desde principios del siglo XX cuya historia está jalonada de desgracias (cuentan que sufrió tres plagas seguidas de viruela, tifus y cólera entre 1860 y 1870) y hasta asesinatos.
Leyendas negras habituales en la España rural que se hubieran perdido en el tiempo si en la década de los ochenta no hubiesen puesto sus ojos en el pueblo revistas especializadas en misterios, ufólogos e ‘investigadores’ de lo paranormal, que comenzaron a hablar de avistamientos de ovnis y apariciones en el entorno del pueblo. Aunque estudios más serios han desmentido casi todas esas leyendas, es verdad que no ayuda mucho el hecho de que en el siglo XII al pueblo se le conociese ya como Diablos de Ochate.
HITOS
Peña Arrate: 893 m. (UTM:30T 528837.46 E, 4733987.89 N)
Askorri: 889 m. (UTM:30T 528685.00 E, 4734908.00 N)
Cómo llegar: Desde Bilbao, AP-68 y N-622 hasta Vitoria. A-2124 y BU-750 por el puerto de Vitoria, hasta el desvío a Imíruri.
Cartografía: MTN 138-II (Aretxabaleta) y 138-IV (Markinez), 1:25.000, del IGN.
En el aspecto meramente montañero estamos ante una excursión amable y familiar, por desniveles suaves e ideal para estos fríos días de invierno donde al sol le cuesta calentar. Partimos de Imíruri, el pueblo habitado más cercano a Ochate, donde tomamos como referencia su recogida plaza, junto a la iglesia. A la derecha una calle sale del caserío y lleva al antiguo lavadero. Allí nace una pista que se dirige a la parcelaria. Subimos hasta un alto con un pabellón agrícola (0h.10’). Es el momento de dejar la pista y seguir (izd) un camino que bordea una loma y enfila hacia Ochate, cuya torre de la extinta iglesia de San Miguel no tardamos en divisar. El camino desemboca en la pista por la que subimos hasta el despoblado (0h.25’). Apenas quedan los muros de cuatro casas y el poderoso torreón, que parece desafiar al abandono. Lejos de sombrías leyendas, el paraje destila tranquilidad.
El camino, ahora herboso, serpentea entre las ruinas y enfila (dch) hacia la cercana y también arruinada ermita de Burgondo. En ella nos aupamos al cordal que nos llevará a nuestro destino. El camino bordea una primera loma a través de un encinar, desciende a un collado y remonta hasta el vértice geodésico de Peña Arrate (1h.00’). Bajamos por la vertiente contraria y avanzamos junto a los límites del bosque, donde las hayas han ganado ya el terreno a las encinas.
El camino herboso dibuja una amplia curva a la derecha hasta encontrarse con una senda que, ahora sí, se adentra en el hayedo. Más adelante desemboca en una amplia pista (1h.10’). Las señales de GR nos avisan de su importancia. Es el vial que recorre los Montes de Vitoria y por el que discurre, en este tramo, el GR-282 (Senda del Pastoreo). Lo seguimos por la izquierda hasta un sendero que sale a la derecha (postes de PR y GR) y que nos lleva al cercano portillo de Peña Betoño por un camino que se encajona en el hayedo. Justo antes de iniciar el descenso, ante una pequeña compuerta, lo dejamos para llanear (izd) por el hayedo. No tardamos en llegar a la base de la loma (izd) sobre la que se asiente el buzón del Azkorri (1h.25’), con excelentes vistas de Treviño.
Allí mismo tomamos la senda que vuelve a entrar en el hayedo y enlaza con la que recorre el cordal principal. Por ella (izd) llegamos hasta un mugarri donde giramos para iniciar el descenso hacia Imíruri sin adentrarnos en el hayedo. Más abajo salimos a una amplia pista (1h.40’) que, tras cruzar una compuerta, nos lleva de vuelta al pueblo (2h.15’).