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Peñalta, cresta mugalari

Álava/Navarra. Aérea ascensión a la cumbre alavesa más oriental de la sierra que marca la divisoria entre Álava y Navarra

Viernes, 11 de Febrero de 2022

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La sierra de Toloño/Cantabria es mucho más que un simple accidente geográfico al sur de Álava. Su espinazo rocoso marca la singularidad climática de una Rioja Alavesa que se ha desarrollado en torno a la viticultura. Desde el punto de vista montañero sus crestas y picos ofrecen algunas de las ascensiones más entretenidas y ‘ambientadas’ de la montaña vasca.
Entre ellas, la cima de Peñalta es, posiblemente, la más escarpada de la sierra, sobre todo por el sur, donde se eleva como una gran muralla rocosa que protege a la Rioja Alavesa de los húmedos vientos del norte. El Peñalta es la cumbre más meridional de la sierra en territorio alavés, en sus confines con navarra y su ascensión no es apta para todos los públicos, no tanto por su dificultad técnica –exige alguna sencilla trepada– como por lo aéreos de algunos de sus pasos.

HITOS

  • Peñalta: 1243 m. (UTM:30T 491648.81 E, 4749860.20 N) Puntuable para los Cien Montes.

  • Cómo llegar: AP-68 hasta la salida de Subijana. A-2622 hasta Langraiz Oka. A-1 hasta La Puebla de Arganzón. CL-127/A-126 hasta Bernedo, y por el puerto de La Aldea llegar a Meano. Desde Vitoria, A-1 hasta La Puebla de Arganzón y mimo itinerario.

  • Cartografía: MTN 171-I (Aguilar de Codes), 1:25.000, del IGN.

  • Horario: 3h.25’ (1h.25’ de ascensión al Peñalta)
  • Distancia: 10.5 km.
  • Desnivel positivo: 715 m.
  • Severidad del medio: 3
  • Dificultad orientación: 3
  • Dificultad del terreno: 4
  • Esfuerzo necesario: 3
  • Tipo recorrido: Circular
Tomamos como referencia una gran plaza con una casa rural que hay junto a la carretera que da acceso al pueblo. Desde aquí seguimos por la calle La Venta en sentido ascendente. Poco después de las últimas casas, se convierte en una pista que no tarda en llegar a un cruce. Por la derecha se va al puerto de La Aldea/Bernedo. Continuamos subiendo hacia la izquierda. La pista remonta en diagonal bajo el cresterío, aquí todavía cubierto por la vegetación.
Al llegar a un alto (0h.10’) es el momento de dejar la pista. Allí mismo nace una senda que por terreno algo cerrado nos aúpa a la cresta. No confundir con un camino que hay unos metros antes y lleva a un depósito, aunque desde aquí también se puede acceder al cresterío. Conectamos con el sendero que discurre por la vertiente norte paralelo a la divisoria. En algún punto nos aupamos a la cresta, aunque enseguida la senda vuelve a la cara norte.
Tras casi una hora de progresión, el camino remonta ya de forma definitiva hasta el cresterío, por el que discurre hasta alcanzar nuestro objetivo. Primero alcanzamos una cima secundaria llamada Los Cubachones (1.190 m) señalada con un hito de piedras. Perdemos algo de altura y seguimos unos metros más por el cresterío, aquí todavía ancho y sin problemas, antes de afrontar el punto más delicado de la ruta. La cresta se afila en un tramo de unos diez metros. No tiene dificultad técnica al ser prácticamente llano, pero su estrechez lo convierte en un paso muy aéreo, no apto para personas impresionables o, por supuesto, con vértigo.
Tras este sector, es el momento de auparnos a la peña cimera por una fácil trepada a través de una sencilla chimenea. Superada la última dificultad técnica, alcanzamos el buzón cimero en forma de tienda de campaña (1h.25’). Las vistas son de las que reconfortan el esfuerzo. Abarcan desde los Pirineos a La Demanda y desde Gorbeia y Anboto a Aralar y Aizkorri.
Toca volver a Meano. Aprovecharemos, para ello, el portillo de Kripan completando un recorrido circular que nos devolverá al pueblo por la vertiente sur de la sierra. Siguiendo la divisoría, descendemos al collado entre Peñalta y Dos Hermanas, la siguiente peña de la cresta, que a partir de aquí es practicable salvo con material de escalada. A la derecha nace un sendero que desciende en fuerte pendiente por el bosque. Conviene bajar con cuidado ya que al ser cara norte la humedad es permanente y es propenso a los resbalones.
Más abajo, la cuesta se modera y por una alfombra de hojarasca alcanzamos una pista (1h.50’) en el conocido como ‘Camino de la Madera’, vieja calzada medieval utilizada, como su nombre indica, para trasladar la madera de los frondosos bosques del norte de la sierra a las yermas tierras del sur. Seguimos la pista (izd) hasta un cruce con un viejo poste de señales. Aquí cogemos el camino que sube a la izquierda, un bonito recorrido que nos lleva hasta el portillo nuevo o de Kripan (2h.30), un angosto paso excavado en la cresta por el que pasamos a la vertiente sur.
El camino dibuja un par de zigzags antes de enfilar hacia Meano. En el camino encontraremos dos puntos que pueden dar pie a confusión. Primero un gran cruce de amplias pista donde seguiremos la señal del GR-120 (Camino Ignaciano) y luego, cerca ya del pueblo una bifurcación caracterizada por un imponente roble donde hay que seguir por la derecha. En unos minutos estaremos en el pueblo (3h.25’).

 

 

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