Los Montes Obarenes son un macizo enmarcado por el Ebro en su vertiente norte y formado por un conjunto de alineamientos con continuidad topográfica, orientados de este a oeste siguiendo la línea que les marca el Ebro, con una altitud media en torno a los mil metros. En su extremo oriental, donde Las Conchas de Haro los separan de la sierra de Toloño/Cantabria, se encuentra el pequeño valle de Herrera, próspera cuenca donde florecieron minas de hierro y salinas en torno al monasterio cisterciense del mismo nombre y salpicada de numerosas cuevas, originalmente eremíticas pero que luego tuvieron varios usos.

La clave de su prosperidad estuvo en la abundancia de agua existente en este vallejo, tanto para cultivar como para obtener la sal y trabajar el hierro de sus minas. En la excursión de hoy ascenderemos tres de los montes que delimitan este pequeño valle: Gobera, Rave y Motrico, además de conocer la riqueza etnográfica que atesora: cuevas, salinas, minas y el monasterio, perteneciente a la orden contemplativa de los camaldulenses, hasta que sus monjes fueron exclaustrados en la Desamortización de Mendizábal (1835).

La excursión comienza en Ircio, pedanía de Miranda que brega a piedemonte de la sierra. Cruzamos el pueblo hasta un amplio aparcamiento junto a un parque infantil y de juegos. Enfilamos hacia el sur por el vial de la izquierda y rodeamos un chalet. Al llegar a unos huertos vallados, el camino se convierte en senda y se adentra en el encinar que domina el valle, en el que también prosperan bojes y madroños. Ascendemos con comodidad. En un cruce seguimos de frente remontando por el cordal, descendemos tras un sencillo destrepe a un collado y remontamos hasta la cima del Gobera (0h.40’).

Volvemos al collado y seguimos una senda que baja (izd) hasta desembocar en una pista donde confluimos con el GR-99 (Camino Natural del Ebro). Sus marcas nos guiarán (izd) hasta la pista que sube al monasterio (1h.15’). Pero antes de enfilar hacia la abadía merece la pena seguir en sentido contrario hasta las viejas salinas de Herrera, donde un panel explica su singularidad en un lugar sin manantiales de agua salada.

Retomamos la ruta al monasterio. De camino pasaremos junto a las minas de hierro y las cuevas excavadas (dch). Su origen es incierto, aunque se cree que fueron las primeras moradas de los eremitas antes de construirse el cenobio. También se han encontrado algunas en la vertiente norte del Gobera. La pista rodea el amurallado monasterio y pasa ante su acceso principal. Sus dimensiones dan la medida del poder económico, político y social de la iglesia hace mil años. En la actualidad, el ‘yermo’, nombre con que esta congregación denomina a sus monasterios, lo habitan un pequeño número de ermitaños camaldulenses.

Continuamos ascendiendo hasta un cruce con poste de señales. Por la izquierda iniciamos el rodeo al Rave por el pequeño desfiladero que lo separa el Escalera. Remonta hasta el collado El Portillo (2h.15’), inconfundible por la balsa que hay a sus pies. La pista de la derecha nos lleva a la campa de la Fuente del Gallego, limítrofe entre La Rioja y Burgos y donde cogemos un sinuoso sendero (dch) que nos lleva, por el cerrado bojal, a la cima del Rave (2h.45’). Continuamos por el cordal (N) hasta Peña la Abeja antes de bajar (izd) a la campa de la Fuente del Gallego. Allí, un amplio camino enfila hacia el noroeste (dch) hasta la base del Motrico, donde lo dejamos para seguir (dch) el sendero que lleva a la cima, presidida por su gran y popular cruz (3h.25’).

Tras disfrutar de las vistas, un vertiginoso descenso nos lleva a un cruce en un collado. Seguimos hacia la derecha. Más abajo sale a la pista que desde San Juan del Monte lleva al monasterio, aunque a los trescientos metros, junto a la fuente del Piojo (3h.45’), cogemos la conocida como senda de las Cárcavas, bonito camino encañonado en el barranco del mismo nombre. Desemboca más abajo en otro más amplio por el que retornamos a Ircio por su calvario (4h.30’).