Al Este de la localidad alavesa de Armiñón se extiende una modesta sierra de relieve disimétrico, que forma frontera natural con el Condado de Treviño. Este pequeño cordal, que se eleva 200 metros sobre la llanura cerealística, toma el nombre de su principal cumbre, que a su vez lo hace de la ermita que la corona: San Formerio, patrono de este enclave burgalés situado el centro de Álava.Su escasa altitud no le ha impedido a lo largo de la historia ser un importante punto de vigilancia de las rutas comerciales y religiosas que discurrían en su entorno (Camino de Santiago, Camino Real...). Sus primeros moradores construyeron poblados fortificados en la cumbre durante las edades de bronce y hierro y, ya en la edad media, una vez levantado el santuario, éste se convirtió en un importante puesto de guardia. En el siglo XIX fue un cuartel, atalaya y fortín, primero de los soldado de Napoleón y luego de los carlistas. Durante esta última guerra, al amanecer del 7 de julio de 1875, el general Quesada ocupa para los isabelinos la ermita de San Formerio. Desde allí dirigirá la batalla de Treviño, que se saldó con la ruptura del cerco de Vitoria. Por eso el templo cuenta con gruesos muros, contrafuertes, saeteras, ventanas ojivales, más propias de una fortaleza que de un lugar de oración. Las cercanas sepulturas antropomorfas visigóticas son una muestra de la importancia que tuvo esta Atalaya. En cuanto al santo, San Formerio nació en Capadocia (Turquía), sufrió martirio en el año 362 y su cuerpo fue ocultado y trasladado al Condado burgalés. La romería se celebra el fin de semana más cercano al 23 de septiembre. Ese día, la cofradía de la ermita -La Divisa- realiza una procesión con la cabeza del santo, la principal reliquia que se conserva del mártir, guardada el resto del año en una urna con seis cerraduras. Sus llaves las custodian cada uno de los curas de los pueblos de alrededor: Añastro, Burgueta, Estavillo, Lacervilla, Pangua y San Esteban.

Pista forestalDesde cada uno de ellos se puede ascender a San Formerio (en el caso de Pangua incluso por carretera), aunque la más entretenida es la que recorre el cordal cimero desde Estavillo. Comenzamos la marcha en la parte alta del pueblo, en una plazoletilla con una fuente. Seguimos la calle que hay justo delante de ella hasta un cruce a la entrada de una urbanización de chalets. Allí cogemos a la derecha un camino, junto a una caseta de electricidad, que sube y deja atrás el pueblo. Enseguida se convierte en una pista forestal que se adentra en el valle, y que abandonamos tras un depósito de aguas, para girar a la derecha y remontar por un sendero, en algunos tramos difuso, hasta el cordal cimero. Una vez en la divisoria, no la abandonaremos hasta llegar a la ermita-fortaleza. La caminata, delimitada por el borde del pequeño acantilado de la vertiente sur y el encinar de la cara norte, es entretenida y salta de un resalte rocoso a otro. Gana altura hasta Peña Palacios (0h.45'). Desde allí descenderemos hasta el collado de San Formerio, donde debemos tomar la senda que nos llevará hasta la ermita (1h.00'). El buzón está hincado sobre la roca en la vertiente que mira a Lacervilla (sur). El descenso lo haremos directamente por la histórica GR-1, siguiendo el sendero que hemos tomado en el collado de San Formerio, hasta terminar sin pérdida en Estavillo (1h.45').