Cervera, Recilla, Artesilla y Castillo de Vallehermoso dominan Pipaón, un pueblo alavés de la Cuadrillo de Campezo a los pies de la sierra de Cantabria. Se enclava entre campos de cereal rodeados de hayedos y encinares. Cerca hubo una mina de asfalto, cerrada hace tiempo. Entre este pueblo y Lagrán se elevan las alturas de Semendia y Jaunden. Son ideales para un largo paseo entre árboles.Marchamos hacia Semendia (O), una cima redondeada oculta entre las encinas a la sombra de Recilla. Verja de metal (0h.15'). Por la derecha una pista sube a Castillo de Vallerhermosa y Artesilla. De frente, es el camino hacia Recilla, Cervera, Semendia y más lejos, Lagrán.La pista gana altura con suavidad. ¡Atención¡ Pronto, a la derecha, entre la vegetación y algo apartado del camino (0h.20') aparece un antiguo poste indicador que puede pasar inadvertido. Un estrecho sendero se adentra en la rala vegetación y gana altura describiendo zigzag. Pasa por varios puestos de caza. Sin pérdida, lleva hasta la punta de Semendia (0h.50') y sus dos buzones.Como el paseo puede quedar corto, una buena opción es continuar a la cima de Jaunden o Jaudel, como figura en muchos mapas y guías. De hecho, en los pueblos de la zona se denomina de la segunda manera.La cima de Semendia está rodea de bojes y no tiene salida. Para enlazar con el camino de descenso al Jaunden hay que retroceder unos 10 metros por donde hemos venido. Un sendero baja entre bojes y quejigos hasta salir a un descampado alargado (0h.55'). Continuamos por terreno despejado hasta dar con una pista (1h.05') que desciende (izq.) y vuelve a Pipaón (W). Continuamos por la derecha, para cruzar con otra pista (1h.12') y seguir hasta la A-3130 que une Pipaón y Lagrán (1h.25').Hay que caminar un centenar de metros por carretera (der.) hacia Lagrán hasta encontrar un parking. Vemos un altar y tres cruces de traviesas ferroviarias. Seguimos un claro camino (NE) que a 200 metros (1h.30') gira bruscamente y se interna en el bosque mientras gana altura. Ya no lo abandonaremos.

A medida que avancemos girará hacia el NE y se estrechará hasta volverse senda. En este tramo debemos evitar seguir los plástico atados a los árboles. Parece que facilitan el camino a la cumbre, visible y próxima (derecha) pero es todo lo contrario. Conducen a la cresta, donde el musgo, un lapiaz y un muro de boj imposibilitan el avance y obligan dar marcha atrás.El desvío a Jaunden es confuso. Debemos avanzar unos 1.500 metros desde el cruce hasta tropezar con una enorme haya, en cuya corteza figuran inscritas a punta de navaja las letras 'EU I'. Señalan el punto exacto donde debemos girar (1h.55'). Encaramos al Este. Unos descoloridos trazos rojos y otros dobles azul oscuro pintados en las hayas nos dejan en la cresta, muy cerca del límite con Treviño. Allí, una serie de hitos indican el camino. La cima es difícil de encontrar incluso en una jornada despejada. Nos enfrentamos a una sucesión de pequeñas alturas rocosas cubiertas de musgo, boj y molestas zarzas en medio del hayedo. No hay diferencia aparente entre unas de otras. Finalmente damos con el buzón, oculto entre el boj (2h.10').De vuelta, regresamos a la carretera por el camino de subida y echamos a andar en dirección a Pipaón teniendo el cuidado suficiente de no saltarnos un desvío (poste de GR) transcurrido un kilómetro. Este sendero balizado y sin desvíos lleva hasta Pipaón en aproximadamente 15 minutos (3h.15').