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Durangaldea amable

Urkiolagirre por el barranco de Mendiola

El monte que alberga el santuario rompe con el abrupto perfil de las peñas que le rodean y ofrece una grata ascensión

Sábado, 23 de Junio de 2007

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El monte Urkiolagirre es un oasis verde en medio del agreste perfil que ofrecen las peñas calizas de Durangaldea. Su alomada y herbosa cima se alza sobre el profundo valle de Mendiola y es un privilegiado mirador a algunas de las más emblemáticas cumbres de la montaña vizcaína, como Anboto, Alluitz o Untzillatx. Sin embargo, su popularidad le viene dada por albergar en su ladera oeste el conocido santuario de San Antonio. La actual edificación data de principios del siglo XX, aunque el eremitorio original se remonta al siglo XVII.
La ascensión al Urkiolagirre desde el Santuario es tan sencilla que suele ser un complemento de la que se realiza al Anboto desde este mismo punto a través del collado de Asuntze y las campas de Pol-pol. Sin embargo, hay una ruta que dota de personalidad propia a la montaña y ofrece un nivel parejo al de sus vecinos. Se trata de la ascensión desde el desfiladero de Atxarte, remontando el desfiladero de Mendiola hasta el collado de Asuntze, desde el que se llega a la cumbre por la vertiente oriental de la loma cimera.

HITOS

  • Urkiolagirre: 1008 m. (UTM:30T 530390.93 E, 4771090.07 N) Puntuable para los Cien Montes.

  • Horario: 2h.40
  • Desnivel positivo: 730 m.
  • Severidad del medio: 1
  • Dificultad orientación: 2
  • Dificultad del terreno: 2
  • Esfuerzo necesario: 3
  • Tipo recorrido: Ida y vuelta
La marcha comienza frente a la ermita del Santo Cristo de Atxarte, en mitad del desfiladero, dando la espalda, física y simbólicamente, a las ruinas de las cantera y su irremediable daño en las paredes del Utzillatx. Transitamos por la pista de cemento que remonta hasta el final del valle de Mendiola, aunque la abandonaremos en cuanto podamos en busca del mullido suelo de hierba y hojarasca. Ese momento llega pronto, cuando la pista se ensancha ofreciendo una pequeña explanada en la que suelen dejar los coches los escaladores que acuden a practicar a las vías del Astxiki. A la izquierda del aparcamiento nace una senda que en sentido ascendente atraviesa un hayedo y gana altura suavemente junto a unos pinares hasta las campas de Artola, presididas por una torre de alta tensión. Toman el nombre del evidente collado que, a nuestra izquierda, separa el Astxiki del Alluitz.
Tras cruzar una valla (0h.25"), una cruz de señales informa de la dirección y distancias a Artola, Atxarte y Asuntze, nuestro próximo objetivo. El camino, a veces sendero y a veces pista, transita por los balcones herbosos del valle de Mendiola y salta de hayedo en hayedo, en uno de los cuales se encuentra la fuente de Amilla (0h.45"), siempre a los pies de las peñas del Alluitz que desde la vertical muestran un aspecto imponente.
Nos vamos aproximando al fondo del barranco, lo que descubrimos porque la pendiente se empina tras vadear un arroyo. Un poco más arriba, pasamos ante otra fuente, esta con abrevadero (1h.10"). Los últimos repechos nos llevan hasta la campas del amplio collado de Asuntze (1h.15"), desde donde la redondeada silueta del Urkiolagirre se ofrece inconfundible a nuestra derecha.
El último tramo no ofrece dudas. Remontamos por la agradable alfombra herbosa y tras superar una primera loma ascendemos hasta el punto culminante, señalado con un vértice y una mesa de orientación. El viejo buzón se encuentra adosado a unas peñas cercanas (1h.30"). El descenso se realiza por la ruta de subida y en poco más de una hora estamos de vuelta en Atxarte (2h.40").

 

 

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