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Camino de Otañes a Guriezo

Ventoso (727 m.)

Travesía entre valles por los altos de Ventoso, con paso por las trincheras de la guerra y el menhir de Anguía

Viernes, 06 de Abril de 2012

Ventoso es la cima más elevada del ramal cántabro de los montes de Alén. Es una cumbre herbosa y despejada, limítrofe con Bizkaia (está incluida en el catálogo de los Cien Montes) y remota. Accesible por todas sus vertientes, presenta su perfil más exigente por Otañes.
Este pequeño núcleo es la capital del valle del mismo nombre. Tuvo un pasado banderizo y después minero. Guarda bellos palacios y dos curiosidades: en sus terrenos apareció (1798) la llamada "Pátera de Otañes", pieza romana de oro y plata; y en la plaza se alza un miliario romano erigido por Nerón que data del año 63.
Caminamos por la carretera hasta la iglesia de Sta. María de Llovera (0h.05"). Detrás, al otro lado del río, hay una fuente. Una calleja sale de frente. Deja atrás las dos últimas casas del pueblo, se estrecha y se mete entre eucaliptos. El sendero (dcha.), ahora de tierra, sube hasta una pista. Continuamos de nuevo por la derecha hasta pisar el cajón del tren minero de Callejamala (0h.15").
Allí mismo nace una pista (dcha.). Es pendiente y se embarra con lluvia. Sube con fuerza hasta una cabaña de ganado (0h.25"). Seguimos por el estrecho camino, que remonta entre prados y vallas, primero, y luego por el bosque hasta otra cabaña arruinada (0h.40"). El tramo es duro.
Vuelta a subir entre eucaliptos, cerrados y sin sotobosque, hasta enlazar con la pista que llega del valle (0h.50"). Las labores forestales la han destrozado. Remontamos por ella hasta que la pendiente mengua y llanea. Siempre entre árboles, nos lleva por terreno más suave, donde afloran varios manantiales. Vacas, caballos y algún corzo.
Un corto repecho y una curva en U. Allí llega el camino de Callejamala. Continuamos (derecha) para enlazar con la pista que sube de Santullán (1h.15"). Es de grava. Es frecuentada por todoterrenos y BTT. El paisaje se abre. La antena de Ventoso se adivina lejos, al fondo, a la izquierda. Basta seguir la pista. Llanea entre pinos y encara la última cuesta. Collado de Campo Ventoso (1h.55"). Terreno abierto. Los Jorrios aparecen enfrente. Resta remontar el prado para pisar la cima (2h.05"). Vértice y buzón de Enkarterri, pequeño y roñado. Una reliquia. También hay una fea caseta cerrada. La cima hace honor a su nombre. Está ubicada entre valles, cerca del mar y está abierta a todos los vientos, nieblas y vendavales. Mal paraje para descansar.

HITOS

  • Ventoso: 727 m. (UTM:30T 481896.62 E, 4795220.91 N)

  • Cómo llegar: A-8, Castro Urdiales. Salida Santullán y Otañes.

  • Cartografía: MTN 60-II (La Iglesia), 1.25.000, del IGN. Mapa B-13 (Encartaciones) de J. Malo.

  • Horario: 4h.45" (2h.05" de ascensión a Ventoso)
  • Distancia: 17.1 km.
  • Desnivel positivo: 640 m.
  • Severidad del medio: 2
  • Dificultad orientación: 2
  • Dificultad del terreno: 1
  • Esfuerzo necesario: 3
  • Tipo recorrido: Ida y vuelta
Entre brezos y helechos enlazamos con la pista que viene de Alén y recorre los altos hacia el norte (2h.10"). Cerredo es la referencia. Es ancha y está en buen estado. La vegetación varía según la vertiente. Guriezo, izquierda, es un mar de eucaliptos, mientras que la ladera de Otañes y Sámano conserva el bosque autóctono. Perdemos altura por el hilo de la loma. Los eucaliptos también colonizan la vertiente de Sámano. Entre ellos se aprecia la red de parapetos y trincheras de lo que fue una última defensa republicana.
Collado. Vemos un hito de piedras. Dicen que señalaba la vía romana. El camino, maltratado por la intemperie y los todoterrenos, recorre con subidas y bajadas los prados. El menhir o ilso de Anguía (3h.00"), a un lado de la ruta, está inclinado. Mantiene la posición desde hace 3.500 años. La cima de Maya (598 m) se eleva a la derecha, señalada por un montón de piedras.
La pista comienza a perder altura y llega a un nuevo collado (3h.40"). De frente continúa hacia el alto de La Granja. Por la izquierda, inicia un largo descenso entre eucaliptos. No tiene confusión. Es la más traqueteada por los camiones. Desciende tras pasar por unas cabañas y sus prados. Al rato, el bosque queda atrás y el valle se abre antes de llegar a Trebuesto. El restaurante Brejón, punto de encuentro de ciclistas profesionales, es un buen lugar para esperar el autobús que nos devolverá a Guriezo.

 

 

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