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La tradición anual del Adarra

Adarra (819 m.)

La cima de Donostialdea reúne a los montañeros guipuzcoanos en el Año Nuevo

Sábado, 04 de Enero de 2003

Como Gorbeia en Vizcaya o Zaldiaran en Alava, el Adarra es la cumbre que los montañeros guipuzcoanos eligen para dar la bienvenida al nuevo año. Cada 1 de enero, los aficionados de la provincia vecina acuden por centenares a esta emblemática cima, localizada, además, en una zona con numerosos vestigios arqueológicos. El Adarra se sitúa en la comarca de Donostialdea, sobre Andoain y Urnieta. Marca el inicio del largo cordal Adarra-Mandoegi, que se extiende hacia el sur hasta tierras navarras y separa los valles de los ríos Urumea y Leitzaran.
Pero su popularidad va más allá del primero de enero. Su cercanía a los núcleos más populosos de Guipúzcoa la convierte en una cima muy visitada cualquier día del año, con el barrio de Besabi como punto de inicio de su ruta más popular.

HITOS

  • Adarra: 819 m. (UTM:30T 584366.35 E, 4784282.97 N) Puntuable para los Cien Montes.

  • Cómo llegar: AP-8 y N-1 hasta Andoain. GI-311 dirección Urnieta hasta el alto de Irurain, donde está el desvío a Besabi (GI-4721).

  • Cartografía: MTN 64-IV (Andoain), (1:25.000), del IGN.

  • Horario: 2h.00' (1h.00' de ascensión)
  • Desnivel positivo: 515 m.
  • Severidad del medio: 2
  • Dificultad orientación: 2
  • Dificultad del terreno: 2
  • Esfuerzo necesario: 2
  • Tipo recorrido: Circular
En Besabi, ante la explanada del restaurante, la carretera se divide en dos. La ruta elegida discurre por la pista de la derecha, recientemente asfaltada, que asciende hasta el caserío Montefrío. El camino de cemento que llanea a la derecha lleva a la cueva de Marizulo. Merece la pena adentrarse en él un centenar de metros hasta el primer caserío, junto al que se levanta un calero en perfecto estado de conservación.
Ante la casa de Montefrío, en una amplia curva, una puerta en la valla, a la derecha, nos introduce en la marcada senda que nos acercará al Adarra. Los primeros metros discurren entre hayas. Poco después, cuando el camino comienza a llanear junto a un pinar, seguiremos, a la izquierda, por un desvío empedrado que profundiza encajonado en el bosque tras cruzar una nueva valla (0h.10').
Collado de Mantale
Los pinos dejan paso rápidamente a las hayas, donde el sendero tuerce a la derecha (SW) hacia el collado de Mantale. Ya en sus inmediaciones, cruzaremos entre piedras un arroyo y salvaremos un fuerte, aunque corto, repecho para alcanzar el collado (0h.30'). Una vez en él, ante nosotros se alza la inconfundible doble cima del Adarra (S). Aunque para alcanzarla deberemos salvar aún los 250 metros de desnivel de su interminable ladera cimera.
El sendero asciende por ella sin concesiones, así que es mejor tomarlo con tranquilidad y disfrutar del paisaje que, a nuestra espalda, las alturas van descubriendo. Un portillo entre las dos peñas cimeras nos sitúa en un rellano desde el que la rocosa cumbre, visible a la izquierda, no ofrece ya problemas (1h.00').
Para el descenso variaremos la ruta y aprovecharemos para visitar el conocido menhir de Eteneta. Descendemos para ello por la vertiente sur (la opuesta a la que hemos subido) hasta el collado del mismo nombre, donde se encuentra este inconfundible vestigio prehistórico (1h. 10'). Seguiremos el descenso bordeando el Adarra por su vertiente oeste, a través de un evidente sendero que pasa junto a una fuente -la única de todo el recorrido- y continúa perdiendo altura suavemente hasta retornar al collado de Mantale. Una vez en él, sólo quedará retornar a Besabi por la misma ruta utilizada para el ascenso.

 

 

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