Los Agudos es un modesto cordal que se alza entre Calahorra, Autol y Aldeanueva de Ebro y que se integra en un interesante espacio natural con personalidad propia junto con el embalse de Perdiguero y la laguna del Recuenco. Esta formación montañosa está compuesta de arcillas, areniscas, yesos y margas, materiales fuertemente erosivos que han dado lugar a un paisaje de profundas llasas (barrancos), cárcavas y pronunciadascrestas.

Sin embargo, hay que diferenciar entre la vertiente norte, sometida a un acertado proceso de repoblación con pino carrasco que ha mitigado la erosión, y la sur, fuertemente deforestada y erosionada. La ascensión más directa parte de Autol, por esta última vertiente. Al margen de su riqueza arquitectónica, en su visita no hay que dejar de conocer esas joyas de la naturaleza llamadas Picuezo y Picueza, los monolitos rocosos de 45 y 30 metros, respectivamente, excavados por la fuerza erosiva del aire y, como no, con leyenda propia.

La ascensión desde Autol recorre toda la vertiente sur de Los Agudos, la más erosionada de este cordal, cuyos paisajes recuerdan mucho los que se pueden encontrar en Las Bárdenas. La caminata comienza en la ermita de Nuestra Señora de Nieva, situada en los límites del pueblo, saliendo ya en dirección a Aldeanueva de Ebro. A su izquierda cogemos una calle que entre casas y almacenes, y con el río Cidacos a nuestra izquierda, se va alejando del núcleo urbano. Un poco más adelante, aún entre edificaciones, debemos seguir por la derecha en un cruce. La calle se convierte en pista, que deja por fin atrás las casas para comenzar a transitar entre huertas, y se dirige hasta unos invernaderos (0h.15). Justo delante de ellos, el asfalto deja paso a la tierra. Ante nosotros, cerrando el horizonte un poco a la izquierda (N), divisamos perfectamente Los Agudos.

El camino se interna de lleno en estas áridas tierras, hasta llegar a otra bifurcación, junto a los restos de una edificación. Es el momento de abandonar la pista principal y continuar por la izquierda hasta un nuevo cruce, en el que también se debe seguir a la izquierda. La ruta empieza por fin a ganar altura remontando una llasa (nombre con el que se conocen aquí los barrancos arcillosos) hasta alcanzar un collado (1h.10"). No merece la pena asomarse a la otra vertiente, ocupada por un gran vertedero. Unos metros antes del collado cogemos un evidente camino que remonta hasta el cordal, por el que alcanzamos los terrosos picachos cimeros del Agudo. El mas elevado (1h.30") apenas permite albergar a un par de personas y ofrece, pese a su modesta altitud, unas amplias vistas. Además, desde este privilegiado otero se comprueba perfectamente la radical diferencia entre las dos vertientes, así como la morfología rota de este conjunto montañoso fruto de la erosión.

El descenso más sencillo deshace el camino andado hasta Autol (2h.35"), aunque una opción muy recomendable consiste en bajar hasta Calahorra siguiendo todo el cordal (izda.) y ascendiendo La Mesa (585 m.) y La Muga (567 m.) antes de descender a la llasa de Las Conchas, cruzarla y alcanzar el embalse de Perdiguero (2h.30").