Edición

Borrar
xxxx

Akier/Eguerdimuño (1.119 m.)

La visita al menhir que lanzó el caballero de Carlomagno desde el Santuario de Aralar permite ascender al Akier

Viernes, 15 de Mayo de 2015

Descargar Track

Según cuenta la leyenda, el gran Roldán era un caballero de la corte de Carlomagno, un gigante que recorría los Pirineos matando moros. En una de sus razias arrancó una gran roca de las inmediaciones del santuario San Miguel Excelsis de Aralar y lo lanzó contra el cercano pueblo de Madotz. Pero la piedra se le enredó en sus ropajes y quedó clavada en el suelo a medio camino, en el valle de Ata, a mil metros de altitud y rodeado de montañas. Desde entonces a este menhir con más de 4.000 años de antigüedad descubierto por Aita Barandiaran se le conoce como Erroldan Harria o Piedra de Roldán. En realidad, uno de la casi media docena de menhires despedigados por Navarra que llevan este nombre.

HITOS

  • Akier/Eguerdimuño: 1119 m. (UTM:30T 589382.00 E, 4756006.00 N)

  • Cómo llegar: Desde Bilbao, AP-68 y N-622 hasta Vitoria, N-1 y A-10 hasta Uharte Arakil. Allí, coger la carretera de montaña que lleva al Santuario de Aralar.

  • Cartografía: MTN 114-II (Uharte-Arakil), 1:25.000, del IGN.

  • Horario: 3h.30 (1h.45 de ascensión).
  • Distancia: 12.3 km.
  • Desnivel positivo: 540 m.
  • Severidad del medio: 3
  • Dificultad orientación: 2
  • Dificultad del terreno: 3
  • Esfuerzo necesario: 3
  • Tipo recorrido: Ida y vuelta
Ata y la Piedra bien merecen una excursión, que adquiere características alpinas si se completa con la ascensión al Akier, cumbre más destacada del extremo oriental de Aralar y que se eleva sobre el valle y el menhir. El acceso más rápido tiene como punto de origen el Santuario de Aralar, con la singularidad de que está más elevado que la cima a visitar. Así que el mayor desnivel positivo lo salvaremos a la vuelta.Desde el aparcamiento del Santuario desandamos por la carretera de acceso al templo hasta el collado Putzuzar, donde empieza la pista que sube al Artxueta y confluyen los senderos GR-20 (Vuelta a Aralar) y PR-NA.82 (Iribas-San Miguel de Aralar), cuyas marcas blanca y amarillas serán nuestras guías en este primer tramo. Allí mismo comienza un sendero que no tarda en convertirse en una bonito camino empedrado hasta el hayedo. Justo antes de adentrarnos en él, pasamos junto a Apezaren malkorra, un gran montón de piedras con leyenda propia. Según esta, al capellán del Santuario de San Miguel lo designaron párroco de Madotz. Con gran disgusto tuvo que dejar su querido templo, pero todos los días subía desde el pueblo, por el valle de Ata, para verlo. Rezaba una oración, arrojaba una piedra al suelo y se volvía a Madotz. Y así es como tomó cuerpo ese gran hito de piedras.El túmulo del cura de Mandotz da paso al hayedo. La agradable senda pierde altura pegado al cordal del Soioaundi, del que más abajo se aleja para descender hacia el valle de Ata. En el límite del hayedo badeamos un arroyo (0h.45) y salimos a una pista, que seguimos hacia la derecha. Tras cruzar una compuerta, desemboca en el valle, ya en terreno abierto. Aquí se abandona el sendero balizado, que se dirige a Iribas (izd.). El valle se abre ante nosotros encajonado entre los cordales del Akier (izd.) y Soioaundi (dch.). Avanzamos por sus agradables pastos y dejamos a la derecha, junto a un corral y el abrevadero-fuente de Fagope, el desvío a Atako Arratea, puerta de acceso al vallejo desde la carretera entre Uharte Arakil y el Santuario. Siguiendo valle abajo no tardamos en encontrar la Piedra de Roldan (1h.05). El menhir mide casi tres metros, aunque apenas uno sobresale del suelo, y una de sus caras muestra seis incisiones artificiales que la tradición atribuye a los dedos de Roldán. Caminamos unos metros hasta desembocar en un descampado. A la izquierda se alza el Akier y sus cotas secundarias. Una traza de sendero remonta la ladera en diagonal y se adentra en el hayedo hasta una alambrada. La seguimos hasta encontrar un paso en ella. El terreno se vuelve abrupto. La ascensión final discurre por él sin sendero definido, buscando el terreno más cómodo y con la única referencia de la propia cima, así que es mejor no aventurarse en caso de niebla. Alcanzada la escarpada cumbre (1h.45), coronada por un buzón en forma de cohete, las hayas prácticamente impiden cualquier vista.De vuelta, para no repetir la ruta, en el corral de Fagope seguiremos la pista hacia Atako Arratea. Al poco de iniciar el descenso hacia la carretera, seguiremos un camino (dch.) con marcas naranjas y luego azules que recorre el cordal hasta confluir más arriba con la ruta ya descrita, por la que retornaremos al Santuario.

 

 

Publicidad