A principios del pasado siglo XX, la extracción del hierro de las minas de Plazaola, en el valle de Leitzaran, propició la construcción de una línea de ferrocarril desde Andoain que recorría junto al río esta profunda y bella garganta. Años más tarde, el trazado se aprovechó para la línea ferroviaria que unió Pamplona y San Sebastián a partir de 1914, compatibilizando ambos transportes (mineral y pasajeros).Pero la línea nunca fue rentable. En octubre de 1953, unas inundaciones dejaron seriamente dañada la vía férrea y su infraestructura de puentes, túneles, etc. y nunca más se volvió a reparar. Alguno de los tramos, sobre todo el de Andoain-Olloki, aún realizó pequeños servicios locales de transporte de madera en los siguientes años pero, finalmente, la compañía propietaria recibió el permiso para levantar las vías y cerrar definitivamente la línea en 1958. Allí murió el conocido como tren de Plazaola o 'trentxiki', que años más tarde renació como vía verde con la rehabilitación de los antiguos trazados ferroviarios como espacios de ocio.Hoy en día, la de Plazaola es una de las vías verdes más recomendadas merced a la belleza de su recorrido, así que cualquier excusa es buena para conocerla. En este caso, se trata de ascender Azketa, una de las cumbres más remotas de Gipuzkoa, casi en la muga con Navarra, cuyo cordal, extensión del de Adarra, delimita el angosto valle del río Leitzaran por el norte.Nos adentraremos hasta su corazón -Olloki- por la vía verde, cuyo recorrido iniciamos en el mismo Andoain. El paseo es un verdadero placer para los sentidos en el que se van descubriendo los tesoros del recorrido: el puente de Auzokalte y el túnel de Otegieta (uno de los ocho que se cruzan), justo antes de pasar junto al Centro de Visitante y la piscifactoría; las centrales hidroeléctricas de Olaberri, Bertxin y Leizarán; la escuela de escalada de Amasola, la txapela de Bertxin, la presa de Inturia y, por fin, el complejo de Olloki, integrado por la ferrería (ruinas), dos caseríos, un viejo puente de doble arco, la estación de tren, una fábrica de madera y una central hidroeléctrica subterránea que aprovecha la presa de la ferrería. Estamos, además, en el ecuador del antiguo trazado ferroviario. Diez kilómetros desde Andoain (2h.00').

Aquí abandonamos la vía verde para seguir una pista forestal que pasa por encima del túnel y no tarda en comenzar a ganar altura con brío. Es un largo ascenso entre pinares en el que obviaremos los distintos desvíos y sin más dificultades que la propia cuesta. Próximos ya al cordal y con vistas al rocoso Zaburu, superamos un paso canadiense (2h.45') y llegamos a una bifurcación en la que torcemos a la derecha para llanear hasta el collado Urritza (3h.15'), desde el que remontamos el cordal cimero hasta el buzón cimero. Las vistas llegan hasta los Pirineos, aunque los pinos amenazan con dejarlas en nada.En el descenso vamos a recorrer el cordal hasta el collado Antxista (3h.35'), justo a los pies de Zaburu y donde se asientan un crómlech y dolmen. Aquí, los más animosos pueden ascender a la peña (sendero por la izquierda) y volver a Andoain recorriendo todo el cordal (ver 'A Traves de la Montaña' del 12 de febrero). Más sencillo resulta seguir por la pista que pasa cerca del collado, en la vertiente sur (izd), y afrontar un largo descenso, desechando de nuevo todos los desvíos, hasta retornar a la vía verde a la altura de una de las presas del río (4h.55'). Desde allí, aún nos quedarán algo más de seis kilómetros por camino conocido hasta Andoain (6h.15').