Tubilla del Agua es una población situada al noroeste de Burgos, dentro del Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Lo atraviesa el río Hornillo, que recoge sus aguas de los adustos altos del Páramo de Tubilla y que luego entrega al Rudrón. Cuenta con un conjunto de cascadas dignas de ser visitadas en tiempos de avenidas. A finales de la Edad Media se le distingue con el nombre «de lago». A partir de 1663 ya aparece como Tubilla del Agua. El nombre, según los entendidos, procede de ‘toba’ una clase de piedra que abunda en los cauces de los ríos de estos valles. Jacinto Campillo realizó diversas excavaciones en el término de San Quirce. Se descubrieron sarcófagos lisos y decorados. Uno de ellos está reutilizado en la fuente de la ‘Toba’ junto a la carretera. Data de antes del siglo XI pero se descarta que sea romano o visigodo.

Aparcamos el coche en la plaza. Iglesia de Santa María y fuente. Cruzamos la antigua puerta de la muralla. Descendemos por las calles San Miguel y Vega (E). Seguimos los letreros que llevan hacia la cascada. Pasamos por encima del puente. Observamos restos de las antiguas iglesias de San Miguel y San Juan. Fueron desamortizados y expoliados y apenas se conservan restos de ambos. Destaca la casa solariega de los Bocanegra, del mismo apellido que el Inquisidor.

Abandonamos el casco urbano y nos adentramos en el arbolado. Puente de corte medieval (0h.10’). La senda nos mete derechos en la espesura. Atravesamos cultivos abandonados que desembocan en la carretera (0h.25’). Giramos (izq) (E) de regreso a Tubilla del Agua. Pasamos sobre el río Rudrón. Refugio de pescadores en la orilla del rio. Pista a nuestra derecha (0h.30’). La tomamos (O). Está marcada como ‘Acceso Senda Bañuelos del Rudrón-Tablada del Rudrón’. Es la misma que hemos abandonado en la cascada.

Hemos dado un ligero rodeo para ver los barrios inferiores y sus alrededores. Desvío a la derecha en dirección a Bañuelos del Rudrón (0h.40’). Lo obviamos. Continuamos de frente (S). Nuevo cruce (1h.10’). Vamos a la izquierda, por el ramal menos marcado. Caminamos bajo un dosel que alterna robles con hayas y encinas. Cueva de la Vieja (1h.15’). Es una oquedad en la pared con marcas de haber sido utilizado como refugio. Da nombre al arroyo que discurre por el valle. La pista muere en el trigal (2h.00’).

Ascendemos entre islas de arbolado en busca de la paramera (SE) hasta el alto (2h.15’). Aquí nos quedamos sin referencias. La sensación de soledad nos invade. El paisaje cambia de un vergel a una planicie sin fronteras. Cuidado los días de niebla. Buscamos una charca artificial a la izquierda (E). Está rodeada por vegetación (2h.25’). La bordeamos y tomamos una pista (N). Pasamos junto a un barracón agrícola (2h.30’).

Seguimos hasta encontrar un ramal que marcha hacia la izquierda (N). Perfilamos las lindes de los campos y sendas sin entrar en los cultivos (N). El camino sube y baja. Curva amplia a la izquierda (2h.50’). A la derecha, en el prado, crecen juncos. Aquí está la fuente de San Quirce, de origen romano. Presenta un excelente estado de conservación. En el alto se encuentra el dolmen de San Quirce (3h.00’). Es un simple montón de tierra inapreciable. Nos salimos del vial por su lado derecho (E). Cruzamos los campos de labor y alcanzamos la cima de la Cotorra de Agustín (3h.15’). Vértice y vistas sobre el páramo. El topónimo ‘cotorra’ viene de una degeneración de la palabra ‘cueto’ que sirve designar un cerro o montículo.

Retornamos a la pista que abandonamos para subir a la Cotorra y avanzamos (N). La calzada muere al borde de la paramera (3h.45’). Aquí nace un camino carretil que desciende. Bajamos hilando sendas que cruzan campos de labor en desuso y terrazas asilvestradas hasta el casco urbano de Tubilla del Agua (4h.00’).