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Un paseo sobre Antoñana

Hornillos (994 m.)

La ascensión al Hornillo recorre sus frondosos bosques, ofrece vistas excelentes del Parque de Izki y permite conocer la cascada de Aguaqué

Viernes, 13 de Diciembre de 2019

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El Hornillo es una modesta cima de las estribaciones de Izki que se eleva sobre Antoñana, muy cerca de Kanpezu. Está cubierto de un frondoso bosque de encinas, hayas y robles y su entorno abundan los tesoros, tanto naturales como etnográficos. Uno de ellos lo visitaremos en esta excursión: la cascada de Aguaqué, en el río Sabando.
Dejamos el coche en el aparcamiento que hay a la entrada de Antoñana y subimos por la calle Arrabal. En su punto más alto, detrás de la iglesia, un poste de señales nos marca el camino a seguir (dcha.). Bajamos por la calle El Recón, por la que dejamos atrás el pueblo, y cruzamos sobre el río Sabando. Desembocamos en el viejo camino a Oteo, aunque continuamos en dirección contraria (dcha.). Solo por unos metros. Enseguida tomamos un desvío (izda.) que transita trescientos metros pegado a la parcelaria antes de adentrarse ya de lleno en el gran bosque que puebla todas las vertientes del Hornillo, especialmente por la que vamos a acometer la ascensión, la occidental.
Desde que hemos tomado el desvío hemos empezado a ganar altura, aunque ahora la pendiente es más pronunciada. Las encinas dominan este primer tramo de la ascensión, pero según vamos ganando altura, los robles y las hayas pasan a dominar el bosque.

HITOS

  • Hornillos: 994 m. (UTM:30T 551429.64 E, 4727606.51 N) Puntuable para los Cien Montes.

  • Cómo llegar: En Vitoria, seguir la A-132 dirección Kanpezu por el puerto de Azazeta hasta Antoñana.

  • Cartografía: MTN 139-III (Maeztu), 1:25.000, del IGN.

  • Horario: 2h.40’ (1h.00’ de ascensión)
  • Distancia: 10.0 km.
  • Desnivel positivo: 500 m.
  • Severidad del medio: 1
  • Dificultad orientación: 2
  • Dificultad del terreno: 2
  • Esfuerzo necesario: 2
  • Tipo recorrido: Circular
Caminamos por un bonito camino alfombrado de hojarasca, que remonta el barranco de El Prado. Más arriba, algunas hayas derribadas que cortan el camino dan cuenta de la dureza del invierno por estas latitudes. La ascensión no es especialmente exigente, pero no ofrece tregua y la belleza del bosque la hace más llevadera. Cerca ya de la cabecera del barranco, el camino tuerce hacia la izquierda (0h.40’, hito) para dirigirse a uno de los cordales que se desgajan de la cima. Según nos aproximamos a él, la hojarasca se difumina y deja a la vista las rodadas de un camino carretil que, ya aupado al cordal, enfila hacia la cima mientras dejamos atrás el bosque.
No tardamos en desembocar en la pista de servicio de las antenas cimeras, por la que alcanzamos la cumbre sin más contratiempos (1h.00’). Las antenas ocupan todo el área cimera del Hornillo, por lo que el buzón se encuentra junto a las vallas que las protege, justo en la vertiente opuesta a la que hemos subido.
Retornamos ya hacia Antoñana, aunque antes visitaremos uno de los tesoros que esconde su entorno: la cascada de Aguaqué. Atajamos por un cortafuegos que baja desde la misma cumbre por la vertiente norte y protegido por una alambrada. Pegados a la valla, descendemos hasta confluir con la pista de servicio de las antenas en una curva. Seguimos por ella hasta dejar atrás el bosque sin salir a la parcelaria tras cruzar un portón (1h.30’).
La pista desemboca en el viejo camino a Oteo, que seguimos en dirección a Antoñana (izda.). El vial rodea el Hornillo hasta situarnos de nuevo a los pies de la vertiente oriental de la montaña. Es el momento de estar atentos para no pasarnos de largo el desvío (dcha.) que lleva a la cascada de Aguaqué, indicado con un cartel. El camino discurre junto al río Sabando hasta el salto de agua, que en estos días de lluvia luce en todo su esplendor.
Tras disfrutar del espectáculo volvemos ya a Antoñana. Utilizaremos para ello el viejo canal que discurre en la otra margen del río. Buscamos el mejor paso para vadearlo y remontar hasta el canal.El primer tramo aún lleva agua. Luego discurrimos por su cauce seco hasta desembocar en una pista que nos lleva hasta Antoñana (2h.40’).

 

 

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