Los montes de Las Encartaciones alimentaron durante décadas los altos hornos de media Europa merced a la gran calidad del hierro que atesoraban en sus entrañas. Las cimas que rodean la Arboleda o el Alen son claros ejemplos de ello. Parajes con un glorioso pasado minero del que en la actualidad solo quedan las ruinas y el recuerdo de los lugareños más ancianos.

Uno de estos montes es el Longuitas. Situado justo enfrente del Alen y entre los valles de Sopuerta y Artzentales, se trata de una cima poco frecuentada. Son varios los factores que ayudan a ello. Su limitado interés montañero, sus laderas cubiertas de pinares y su cima cerrada y sin vistas. Pero su condición de centenario le permite mantener la atención de los mendigoizales. Si aello le añadimos un paseo por los antiguos caminos mineros, como la Vía Verde de los Montes Mineros, completaremos una entretenida excursión en la que alternaremos montaña e historia.Iniciamos la marcha en la iglesia de Mercadillo, el principal barrio de Sopuerta. Llenamos la cantimplora en la caudalosa fuente y caminamos unos metros por la carretera en dirección a Balmaseda hasta el primer desvío a la izquierda. Pasamos junto al cementerio y dejamos atrás el núcleo urbano en dirección al barrio de Arroyos. Lo atravesamos y seguimos hacia la derecha en la inmediata bifurcación. La carretera se empina hasta otro barrio Alzeda y continúa subiendo hasta el caserío Los Llanos (0h. 25). Aquí debemos tomar la pista de cemento protegida por una compuerta que asciende hacia la derecha hasta una casa. No llegaremos a ella. Unos metros antes, a la izquierda de la pista, seguimos por un camino que entra en el bosque y al poco sale a un prado. Lo bordeamos por la derecha hasta encontrar, a media campa, un camino protegido por una alambrada que se adentra en el pinar. La pista nos lleva sin pérdida a un amplio collado (1h. 00), despejado y con vistas al Alen, que domina el horizonte hacia el norte. Seguimos la pista de la izquierda, que remonta entre pinos hasta otro collado, en un terreno repoblado con jóvenes coníferas. Estamos entre los dos objetivos montañeros de la excursión. A la izquierda se alza el Longuita y a la derecha, El Paso, su hermano menor. Aeste nos dirigimos primero. Caminamos unos metros hasta coger otra pista a la izquierda, por la que bordeamos un prado. Al entrar de nuevo en el bosque es el momento de tomar una evidente senda (dch.) que se aúpa al cordal cimero y, aprovechando un cortafuegos, alcanza la cima de El Paso (1h. 20), señalada con un simple hito de piedras y sin apenas vistas.Nos dirigimos ya hacia el Longuitas. Desandamos nuestros pasos hasta el prado. Un camino lo bordea por la izquierda y desemboca en la pista principal. Apenas caminaremos por ella una veintena de metros (izd.). Enseguida descubriremos los hitos que marcan el camino hacia la cumbre. El sendero asciende sin miramientos por un cortafuegos hasta el sucio cordal cimero, cubierto de ramas y árboles que han sucumbido a los temporales. Un hito señala la cima, aunque unos pocos metros más allá se encuentra el viejo e inidentificable buzón junto a una chapa del Gallarraga (1h. 55). Las vistas son nulas, así que no perdemos el tiempo. Descendemos siguiendo el sendero del cordal hasta una pista. Bajamos por ella (dch.) y salimos a terreno abierto. Seguimos por la derecha en los dos siguientes cruces antes de que la pista descienda en unos amplios zigzags y se adente en otro bosque. Sin pérdida, el vial nos lleva al barrio de Santelices (2h. 35). Ya por asfalto, bajamos hasta la Vía Verde, por donde discurría el tren minero que unía Traslaviña con Muskiz y Castro Urdiales. Túneles, ruinas o la vieja estación de Las Barroetas nos amenizarán el recorrido de casi 6 kilómetros hasta la cantera Lazilla, que tendremos que bordear antes de bajar al barrio Cotarros y retornar a Mercadillo por la carretera.