Al sur de Espinosa, capital ‘montañesa’ de Las Merindades burgalesas, se alzan las primeras de las seis elevaciones que caracterizan el valle de Sotoscueva. Conocidas como ‘las conchas’ por su singular perfil, pierden prominencia según avanzan al oeste uniendo dos macizos de importancia como son los Montes de la Peña y los Canales de Dulla, además de acoger en su seno el conocido complejo karstico de Ojo Guareña. Esas tres primeras cotas, que suponen además las mayores alturas del alineamiento, son Bedón, Picón y Citorca o Peña Caballera, las únicas que superar, por poco, los mil metros de altitud.
Las tres encierran además otra singularidad respecto al resto. Frente a los profundos cañones que delimitan al resto de ‘conchas’, en su caso están separadas por collados de escaso desnivel, lo que permite enlazarlas sin mayores problemas en un única excursión. Eso sí, el paseo que supone hollar Bedón y Picón se convierte en una tortuosa gincana entre encinar para llegar al Citorca.
HITOS
Peña Caballera: 1037 m. (UTM:30T 452639.25 E, 4766028.32 N)
Bedón: 1091 m. (UTM:30T 456687.91 E, 4765871.12 N)
Picón: 1051 m. (UTM:30T 455001.00 E, 4766033.00 N)
Cómo llegar: BI-636 (corredor del Kadagua) y CL-629 hasta Bercedo; N-629 hasta El Crucero, CL-629 hasta Gayangos, BU-V-5622 hasta Bedón.
Cartografía: MTN 84-IV (Espinosa de Los Monteros), 1:25.000, del IGN.
Horario: 4h15’ (1h15’ al Bedón, 1h50’ al Picón y 3h00’ al Citorca).
Distancia: 14.0 km.
Desnivel positivo: 615 m.
Severidad del medio: 2
Dificultad orientación: 3
Dificultad del terreno: 3
Esfuerzo necesario: 3
Tipo recorrido: Circular
El acceso más cómodo y directo a estas alturas parte de Cuestaedo y sigue la pista de servicio a las numerosas antenas que pueblan el Bedón. Más montañera y entretenida resulta la opción del pueblo al que la montaña da nombre, cuya veintena de casas se han desarrollado en las laderas meridionales de la montaña en torno a la coqueta iglesia de San Andrés.
Partimos de la plaza del pueblo. Enfilamos por una calle cementada (N) dejando el templo a la derecha. Desemboca en una pista que cruzamos para seguir un camino carretil que enfila hacia la montaña entre quejigos. No tardamos en llegar a una bifurcación ante un promontorio (0h05’). Continuamos por el camino empedrado que sube (izd). La caminata continúa en una cómoda ascensión ya entre encinas hasta un nuevo cruce (0h20’) tras atravesar un muro, en el que ahora tocar seguir por la derecha. Por el vial de la izquierda descenderemos de vuelta a Bedón.
El camino desciende ligeramente pero enseguida retoma el ascenso por un pasillo entre encinas. Más arriba se convierte en un sendero que llega a la altura de una borda en ruinas (0h45’). Unos metros después, al salir del bosque, abandonamos la senda y, campo a través (dch), enlazamos con la pista de servicio de las antenas, que nos llevará sin problemas hasta la poblada cumbre del Bedón (1h15’). El buzón está al borde del precipio y junto a una sima, así que no hay que descuidarse.
Tras disfrutar de las vistas iniciamos la travesía del macizo en busca de las otras dos cumbres. Buscando las trochas más cómodas, primero descendemos al portillo de Bedón, por donde pasa la pista de las antenas (1h30’), y luego subimos hacia el Picón siguiendo un camino rodado que más arriba se convierte en senda. Unos hitos guían hasta la cima, señalada con un mugarri (1h50’). Las vistas son asimilares al Bedón.
Seguimos hasta el collado Picón (2h00’), punto a partir del cual afrontamos el tramo más peliaguado de la marcha: llegar hasta el Citorca sin caminos evidentes y encinar a través. De hecho, los que no quieran complicaciones pueden coger aquí un camino que desciende (S) y acaba enlazando con el de subida para estar de vuelta en Bedón en menos de una hora.
Los que acepten el desafío deberán seguir avanzando cerca de los farallones buscando el terreno más cómodo entre las encinas hasta llegar a las inmediaciones del portillo Citorca (2h20’). Aquí descendemos hacia el sur (izd) en busca de un camino que muere en un paso de un muro. Al otro lado, una trocha nos llevará a un pasillo algo sucio entre encinas por el que remontaremos hacia la cima. Nos acompañará (izd) un evidente farallón que cerca ya del Citorca sortearemos por alguno de sus pasos herbosos para acometer los pestosos metros finales, inevitables por un áspero lapiaz en lo más tupido del encinar, hasta la cumbre (3h00’), sin marca alguna.
Volvemos ya a Bedón desanadando nuestros pasos hasta el paso del muro (3h25’). Cogemos allí el camino que, tras un tramo llano, afronta el largo descenso que lleva al pueblo (4h15’).