La Muela de Dulla es un pequeño macizo que se eleva entre Valdeporres y Sotoscueva, dos de las siete merindades que dan nombre a la conocida comarca que se extiende al norte de Burgos. Delimitado por el río Nela por el oeste y el sur, hasta su subsuelo llega el extenso complejo kárstico de Ojo Guareña, que extiende sus más de cien kilómetros de galerías cual sistema nervioso que late bajo la piel de Sotoscueva.
El perfil de la sierra es el característico de esta zona, conocido como ‘conchas’: por una vertiente la montaña se desploma en vertical , en este caso hacia el oeste, mientras que por la contraria pierde altura suavemente hasta la meseta. En el caso de la Muela de Dulla hay otra singularidad que caracteriza su perfil: en el punto más elevado, sus farallones ofrecen un evidente corte -el portillo de La Llosa- que separa las dos principales cumbres del macizo: Dulla y El Paño.
Hoy visitaremos la segunda de ellas a través de La Llosa y la aparentemente inexpugnable pared de la mole partiendo del cercano Villamartín de Sotoscueva. Una excursión con dos partes claramente diferenciadas, el agradable paseo de aproximación por el Páramo de Villamartín, por un lado, y la subida propiamente dicha a El Paño por otro, una ascensión vertiginosa y con tramos aéreos que incluye una trepada algo expuesta (I) no apta para noveles.
HITOS
El Paño: 1139 m. (UTM:30T 442195.00 E, 4762585.00 N)
Cómo llegar: BI-636 y CL-629 hasta Bercedo; N-629 hasta El Crucero; BU-542 hasta Espinosa; BU-526 hasta Quintanilla; BU-562 hasta Cornejo y seguir hasta Villamartin de Sotoscueva.
Cartografía: MTN 84-III (Pedrosa de Valdeporres) y 84-IV (Espinosa de Los Monteros), 1:25.000, del IGN.
Partimos de la iglesia de Villamartín, advocada a San Esteban y situada en lo alto del pueblo. Seguimos la pista (SO) que deja atrás este coqueto núcleo rural y se dirige hacia el páramo de Villamartín, el altiplano que se extiende a los pies de la Muela de Dulla. Desechamos la pista que desciende en la primera bifurcación para seguir la que sube cómodamente (dch).
Transitamos por un camino importante, nada menos que el GR-1 o Senda Histórica, trazado que arranca en las ruinas de Ampurias (Costa Brava) y termina en Finisterre tras más de 600 kilómetros a los pies de los Pirineos y por la cornisa cantábrica. Nuestro recorrido por él será más modesto. Nos acompañará los dos primeros kilómetros de la marcha y el último, ya de vuelta a Villamartín.
Continuamos el paseo ascendente, que también coincide con el PR-BU 32, el sendero que lleva a El Ventanón, cuya cercanía aprovecharemos para visitar. El desvío está poco después de dejar atrás una torca a la derecha del camino. Tras admirar este espectacular ojo natural (0h.40’) retornamos a la ruta. A estas alturas de la excursión, el gran corte de La Llosa domina la vista hacia el sur. En el siguiente cruce dejamos ya el GR para continuar por una pista que por fin se aproxima a la sierra. Las marcas que ahora nos acompañan son las del PR-BU 33 (Canales de Dulla). Pasa junto a una balsa de agua y se encuentra con un camino que enfila directamente hacia los cortados a la altura de una portezuela.
Es el momento de enfrentarse directamente a la montaña. En un primer tramo sube perpendicular a la, ahora sí, fuerte pendiente, aunque un poco más arriba el camino torna a sendero y enfila en diagonal (izd) hasta La Llosa ( 1h.15’). A la izquierda se eleva la proa de El Paño y a la derecha, la del Dulla. Aparentemente inexpugnables, oportunas canales permite auparse a sus mesetas cimeras.
Atacamos El Paño. Subimos hacia el filo del paredón hasta un hito que marca la aérea senda que recorre (izd) la pase de la pared hasta la chimenea que permite salvar el desnivel. Con una pequeña oquedad que le da un ligero desplome, los salientes en la roca permiten una trepada sencilla (I), aunque es mejor evitarla si la roca, muy resbaladiza, está mojada. Un par de viejos anclajes muestran que en su día debió haber un cable o similar.
Ya en el altiplano, alcanzamos la amesetada cima y su buzón (1h.25’). Disfrutamos de las espectaculares vistas antes de iniciar el regreso siguiendo la herbosa cresta, que se va ensanchando. Más abajo gira a la derecha. Es el momento de seguir (izd) por la ladera herbosa una senda que nos baja al collado de Arroya (2h.10’). El GR-1, que viene de Villamartín, se adentra aquí en la sierra. Nosotros lo seguimos en sentido contrario para retornar al pueblo (2h.30’).